RPM: Jessico de Babasónicos

April 14, 2016

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Tan freak y tan popular:
Jessico de Babasónicos

Por Ernesto Acosta Sandoval

En noviembre de 2001, Babasónicos hizo la primera visita a México de la gira del Jessico. El lugar: el ese entonces Salón 21 en una especie de festival (así lo anunciaron) que incluía en el cartel a unos ya añejados Azul Violeta, a unos incipientes Zoé, y a unos también primerizos (en la capital, al menos) Kinky. El grupo argentino, por supuesto, era el plato principal. Mis amigos de la preparatoria y yo habíamos comprado el boleto únicamente por ellos. Yo tenía 17 años y a los Babasónicos los había conocido unos años antes con Trance Zomba y su “Patinador Sagrado”.



Meses antes del concierto había comprado Jessico porque sí me gustaban ya para ese momento, pero más que nada porque “Deléctrico”, el primer sencillo que escuché, me había atrapado en su lírica ininteligible y su mezcla de Tecno-Country-House-no sé qué más. La primera vez que escuché el disco completo supe que estaba frente a algo distinto. Desde el arranque electrónico de “Los Calientes” hasta el último acorde de “Atomicum”, el disco no bajaba en ningún momento. Canciones como “Fizz” (mi absoluta favorita del álbum y de los Babas), “Pendejo”, “El Loco” (esa absoluta rareza que nadie creyó se fuera a convertir en el éxito en el que se convirtió), “Yoli” y “Rubí” estaban en otro nivel. Así de simple y llano. Nada, hasta ese momento en el Rock en español, ha sonado y quizá nada sonará como eso jamás otra vez. Aunque usar aquí el término “rock” es más por comodidad que por establecerlos en algo. Siempre he sido más ávido de la música anglosajona y al Rock latinoamericano en español nunca le había puesto tanta atención. Sentía que ese Rock, en parte de protesta, en parte chistosito, no me hablaba de nada y no era para mí. Pero Jessico no cabía en ninguna de las dos categorías. ¿Qué era esto que salía de mis bocinas? Un grupo argentino sonando a Bowie, pero también a los Stone Roses, pero también a nada que me resultara remotamente familiar. Me volví fan absoluto en ese momento.

Decir que Jessico estuvo en alta rotación en mis discos de ese momento es quedarme corto. 20 años después, no ha salido de la rotación regular de la música que escucho a diario. Pero volviendo al concierto de esa noche de viernes: cuando el grupo tomó el escenario y tocó casi completo el disco que traían, mis amigos y yo supimos que estábamos presenciando algo histórico e irrepetible. Supimos que a partir de ese momento, el grupo no iba hacer más que irse para arriba y explotar como lo tenían merecido. Y como sucedió en realidad. Salimos aturdidos, empapados en sudor, sin creer lo que habíamos visto sobre el escenario, ebrios de cerveza y de emoción. Cuando muera, podré recordar ese momento y valorarlo entre mis memorias más preciadas. Podré decir: “Yo compré ese disco y yo vi cómo seis argentinos completamente fuera de la realidad lo llevaron a la vida en un pequeño escenario de mi ciudad”.

Podcast oficial de Babasonicos: 20 años de Jessico

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Post escrito por: Ernesto Acosta

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