Por Diego Álvarez Rex
Fotos Óscar Villanueva (Flickr)
Pasan conciertos y conciertos en la cartelera mexicana y es muy gratificante ver como poco a poco se van cumpliendo los sueños de aquellos que esperaron décadas para ver a sus artistas favoritos en vivo, y el pasado viernes hubo una llegada por la puerta grande que ya pocas veces se pueden vivir: Culture Club pisó por fin suelo mexicano y poder describir la emotividad, entrega e intensidad de la explosión musical dentro de la Arena Ciudad de México no fue tarea sencilla.
Tras esporádicas visitas como DJ, separaciones, giras de reencuentro y aniversario, las condiciones correctas sucedieron para que uno de los iconos de los 80s y la música Pop británica interpretara más de 30 años de exitosa carrera frente a un público que en un principio se pensaría estaría compuesto de la comunidad gay mexicana, debido al emblema mundial que Boy George es para dicha cultura, aunque ciertamente el quórum gay mexicano es más fan de Yuri y Thalía, familias enteras fuera del foco de alguna edad en particular o sector social en especial se dieron cita para un concierto tan esperado, que valió todavía más la espera de una hora extra de retraso (supuestamente por retardo del mismo George según rumoraban los acomodadores).
Tras la cancelación de su fecha en Guadalajara y ver las dimensiones del lugar la misma banda expresó su inseguridad al ser capaces de llenar un lugar para más de 20 mil asistentes, y aunque ciertamente se cerró la última sección para reacomodarla en zonas más bajas y hubo trozos medio vacíos (o medio llenos), al momento en que el video introductorio con fragmentos de la carrera de la banda comenzó a correr (cosa que también vimos con Simply Red hace unos meses), el gritadero fue ensordecedor, ¡”Church of the Poison Mind” sonando en México con sus integrantes originales! El vídeo promocional de dicha canción corriendo en el fondo y miles de sentimientos entre la gente se desataron, mientras todos de píe aplaudiendo y cantando a todo pulmón siguiendo cada movimiento de los británicos con el corazón en la mano.
El sonido dejó mucho que desear gran parte del concierto al grado que el mismo George tras un par de canciones dijo “Vaya, este es uno de esos lugares que se ven hermosos pero el sonido rebota por aquí y por allá”, situación rara ya que el recinto no tiene esa fama a comparación de otras arenas en México pero poco importó cuando personas que crecieron con el grupo pudieron escuchar por primera vez “It’s a Miracle”, “I’ll Tumble 4 Ya” e inclusive temas no tan favoritos como “Move Away” y “Black Money” de sus últimos dos álbumes y con más de diez años de diferencia entre cada uno, y, para no dejar sus propias justificaciones de reunión, tres temas de su próximo disco Tribes sonaron dejando ver un disco prometedor (prometedor porque llevan ya dos años “estrenándolo”), “Like I Used To” y “Different Man” con un puro sonido Funk y un maravilloso reggae titulado “Let Somebody Love You”.
Aunque Boy George expresó en más de una ocasión falta de oxígeno debido a la altura disculpando sí no era tan platicador y bailarín como esperaban, al menos Roy Hay, Mike Craig y Jon Moss se mostraron en perfecta forma para dejarse ver como los grandes músicos que son, precursores de la fusión entre el Pop, Reggae, Funk y Post Punk, pasando a momentos musicales donde los gritos parecían retumbar más fuerte que las bocinas: “Time (Clock of the Heart”, “Miss Me Blind” y “Do You Really Want to Hurt Me?”, teniendo a los mexicanos rendidos, llorando inclusive, pero jamás dejando de bailar y corear, ya que el cancionero de Culture Club daba para eso y más, pasando al momento en que la banda cierra con “The War Song” y regresa para la obligada “Karma Chameleon”.
Una banda que hasta la fecha ha dejado legado en nuevas generaciones que sin miedo exploran la música, la fama y la sexualidad, cerca del cierre del evento la banda rindió tributo al hombre que fuera original inspiración para la originalidad de George: David Bowie, que le da seguimiento a tributos que hemos podido ver este año como Spoon (“I Can’t Give Everything Away” en el Festival Marvin) y Peter Murphy (“Bewlay Brothers” en Plaza Condesa), interpretando “Starman” que grabaran originalmente para su álbum Don’t Mind If I Do, pasando a cerrar con “Bang a Gong (Get it On)” de T.Rex que con un gran jam al final funcionó muy bien para cerrar el concierto aunque el público no se mostrara gran entusiasta de la obra de Marc Bolan y hubiera claramente preferido escuchar un tema original, pero fuese como fuese: Culture Club llegó por fin a México y dio un concierto innegablemente espectacular.
