Varathron
Nigrum
Deaths Forsaken
Eisen Dragon
Por Diego Álvarez Rex
Fotos Manuel Castillo @MrCastleManu
Noche de invocaciones e incienso aromático frente a la Arena México, y aunque se soltara el aguacero que retrasara el quórum teniendo a las primeras bandas tocando para apenas un puñado de personas, el pasado sábado en la Cosa Nostra fue en general un concierto de proporciones titánicas y ambiente por demás tétrico y acorde a la ocasión en que debutara en nuestra ciudad uno de los pilares de la llamada “Trinidad Impía” del Metal Negro Helénico.
Como parta de una inusual parada por el continente Americano, la banda de Black Metal de Epirus, Grecia llegó a un escenario que hemos ya visitado varias veces en lo que va del año gracias a que se ha vuelto un espacio que le ha dado la bienvenida a géneros extremos con una calidad y producción que ha ido igualmente mejorando con el paso de los meses, albergando además 4 impresionantes propuestas nacionales de metal sacrílego para la noche que a pesar de un par de tropiezos casi caricaturescos con un letrero en el fondo y un micrófono que gustaba de caerse una y otra vez, en general el sonido y la ambientación desde las luces tenues, las velas aromáticas y las constantes paredes de humo construyeron un escenario digno de las bandas.
Pasadas las 21 H, los primeros en aprovechar su media hora de set fueron Infesticide del Estado de México, seguidos de Eisen Dragon también de las afueras de la ciudad que para cuando terminaron su presentación ya había bastante gente reinando con los atavíos negros y logotipos en tipografía indescifrable, más pocos maquillados de “pandita” como uno esperaría; los terceros en continuar con el ritual fueron los jaliscienses de Death’s Forsaken que sonaron impresionante y perfectamente ecualizados con los efectos que le daban grosor a la voz y los bajos, para dar paso a los últimos nacionales, Nigrum, que aunque el micrófono del vocalista, J Exu decidiera caerse una y otra vez durante todo el recital perdiendo valioso tiempo que usualmente aprovechan para quemar velas y hacer malabares satánicos, ahora fue más de “Pinches ingenieros pendejos, váyanse a la verga” y ni siquiera terminar su “Ave Lucifer” porque de plano el micrófono tuvo una naturaleza clavadista que parecía sketch de Sopa de Vídeos. Fuera de esto, su actuación robó el aliento y dejó en claro que talento para el Black Metal en México hay y con creces.
Ya llegada la media noche, es decir la Hora de las Brujas, Varathron, los maestros de la ceremonia pagana, llegaron encapuchados y con su libro de infamias bajo el brazo para comenzar con la experiencia que dio un pequeño tropiezo al no sonar el micrófono en el primer tema y tenerlo que repetir, pero dando posteriormente un show de más de dos horas de adoraciones infernales como “The Confessional”, “Unholy Funeral”, “Cassiopea’s Ode” y “La Reine Noir” que en algún momento sentaran las bases del llamado “Sonido del Mediterráneo” en el Black Metal europeo, con piezas largas, atmosféricas y cambiantes en velocidad, pero completamente permeadas de oscuridad y distorsión.
Aunque el público deseoso de moshpit hizo un digno esfuerzo por volverse loco durante algunas canciones, la verdad fue que el piso se encontraba tan resbaloso por la cerveza derramada que una vez más el concierto se volvió materia de risa histérica al ver como varios no solo se resbalaban yéndose de pura nalga hacia el suelo sino de paso jaloneando a varios para hacer una épica carambola de barrigones en el suelo mientras en el escenario repasaban la discografía completa de la banda resaltando impresionantes temas en vivo como “Aclo Sabaoth Soth”, “Son of the Moon” y el épico cierre con “Genesis of the Apocryphal Desire” y la pieza instrumental “Sic transit gloria mundi” sonando mientras la banda agradecía a cada uno de los presentes su incuestionable entrega al volar incontables veces sobre el escenario.
Un concierto memorable y que dio muestra del por qué Varathron ya forma parte de los anales del Black Metal mundial junto a sus paisanos Rotting Christ y Necromantia, pero que además acabado el concierto bajó a convivir con quienes buscaban una foto o un autógrafo jamás comprometiendo su humanidad e interés por que su música se llegue a interponer en la humanidad que hay en compartir momentos como los acontecido en el pasado sábado. Un concierto y una banda como pocas.
