Gustavo Cordera @ Plaza Condesa

September 27, 2015

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Por Diego Álvarez Rex
Fotos David Barajas @DavidDBarajas

Sábado por la noche en el Distrito Federal, ¿dónde estabas tú cuando Gustavo Cordera daba el mejor concierto que haya visto El Plaza Condesa en lo que va del año? 

Ninguna de las almas dentro de la sala aquella noche pudo escaparse de una enorme algarabía que venía desde lo más profundo de las entrañas producto de la inmediata conexión que el “Pelado” Cordera retomó tras casi ocho años de ausencia en nuestro país, y es que habría que recalcar que al igual que hace unos meses Attaque 77 debutó en ese mismo foro en su formato trío, esta fue la primera vez que el ex-Bersuit llegara a México con su Caravana Mágica.

Lo extraño fue que, uno imaginaría que sí la misma Bersuit Vergarabat es capaz de tocar en un solo año tanto en El Plaza Condesa como en Teatro Metropolitán, se esperaría no menos un recinto agotado para su cantante original pero vaya, una sala medio vacía que con todo y 2×1 en las entradas, ¿qué estaba pasando que no se caía el foro a pedazos? ¿mala comunicación? ¿mal momento en la economía de los capitalinos? O tal vez el extraño fenómeno nacional donde Creedence Clearwater Revisited toca en el Palacio de los Deportes y John Fogherty en el Auditorio Nacional para no más de la mitad de personas, o un momento más en el país donde Misfits toca hasta para cinco mil incautos pero nadie sabe quién es Danzig ¡sabrá Dios!

La ovación desde que Gustavo Cordera tomó escena rebasó por mucho al sistema de sonido del foro y aunque tentó el terreno con un par de temas tranquilos, muchos sabían que sería una noche de violento baile, y para piezas de La Caravana Mágica -que hay que aplaudir como un verdadero ensamble que funciona con y no para Cordera-, como “Me la Juego a Morir” y “La Caravana se Siente”, el caos que convocó el anuncio de una sección del concierto dedicado a la Bersuit fue la gota que derramó el vaso de la fiesta en serio: “La Soledad”, “Madre hay una sola” y “Perro amor explota” sonaron y se vieron épicas.

¡Te extrañamos, pelotudo!” se escuchaba desde un público, que inevitablemente acabó semidesnudo y bailando pegadito de sus querencias en “No es que sea viejo” y “Asalto de Cumbia” que en directo adoptan presencia explosiva y violenta, muy afín a la actitud del argentino burlona y retadora, que no se hizo del rogar cuando cantó las dos reversiones más célebres de su conjunto pasado, “El tiempo no Para” y “Sr. Cobranza” dedicada a los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, Guerrero y que el cantante intentó coordinar para que el conteo del 1 al 43 desembocara en las primeras notas del tema de Manos de Filippi pero la adrenalina era demasiada y Matías, baterista, entró un poco tarde solo para ser regañado en escena.

Cordera regresó dos veces jugando el juego del encore para cerrar con “Un Pacto”, pero más allá de intentar explicar su agradecimiento o su felicidad al recibimiento que obtuvo esa noche, la misma Caravana Mágica quedó atónita al ver que el mismísimo Cordera, célebre por ser todo un hocicón, al final estaba sencillamente sin habla.

Post escrito por: Diego Álvarez Rex

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