Whitney:
I’ve been going through a change
Por José Marr @JR_Marr
Una de las mejores bandas del Indie Pop que existió en los últimos cinco años fue Smith Westerns, que si bien es cierto les faltó bastante reconocimiento, discos como Dye It Blonde (2011) y ese diamante dorado llamado Soft Will (2013) quedaron bien vistos con excelentes calificaciones ante la crítica especializada. Por otro lado, hay que recordar el álbum debut de Unknown Mortal Orchestra, el homónimo del 2011 es otro de los discos que irrumpió y rápido llevo a la banda a ser uno de los hitos del mundillo Indie y buena base para llegar hasta donde están hoy: pues bien, algo, una unión de esos dos mundos existe y se llama Whitney.
Max Kakacek, guitarrista y compositor de Smith Westerns, y Julien Ehrlich, baterista en de UMO en sus primeros años, coincidieron y formaron Whitney, un nuevo proyecto de Indie-Pop-Folk con tintes vintage, con un enfoque sumamente artístico, embellecido por extras de forma perfecta y con un aire desolado y bello, tal cual lo transmite su sugestiva portada. De la misma manera que el curriculum previo de sus líderes, su álbum debut Light Upon The Lake (Secretly Canadian, 2016) se posicionó alto en las listas de mayor renombre como lo mejor del 2016, de menos decir que fue difícil que le dieran calificaciones menores a 8. Esto habla de un álbum redondo, donde al igual las letras ofrecen algo distintivo, y si bien básicamente Whitney habla de amor, le da unos matices personales de felicidad o de desolación, de como un ser, con o sin ese sentimiento puede apreciar el entorno. Por ello canciones como “No Woman” con suma tristeza y sensibilidad narran como alguien deja atrás la ciudad para tratar de enterrar lejos el recuerdo del desamor y es difícil no contagiarse como escucha de eso, aunque su final con el levantamiento de trompeta sabe a gloria. Con “The Falls” y su inquieto andar cuentan de la superación y la felicidad. “No Matter Where We Go” y la presencia más palpable de la banda detrás celebra el clímax de un nuevo amor y en “Polly” enfocan el romanticismo de una manera cálida y elegante hacia alguien específico.
Como plus, hay que mencionar el agudo de Julien Ehrlich, que es el encargado de transmitir el estado anímico sin errar en ningún momento, cuando en otras ocasiones hay falsetes permanentes que hastían, Ehrlich lo domina y le da siempre las connotaciones adecuadas. También habrá que hablar de la trompeta, que es un agregado excepcional, siempre reforzando melodías para lograr nuevos gradaciones (“Dave’s Song“) o tomando el primer plano en “Red Moon” para jugar al Jazz. Como último punto, la producción de Light Upon The Lake que lo hace sonar como si la música fuera tocada de un vinilo, algo que no se puede recrear totalmente en vivo pero que no demerita nada de la materia prima y que sin duda por todo lo ofrecido y el reconocimiento que ha provocado, convierte a Whitney en una de las mejores nuevas agrupaciones que el trae durante este 2017, y que, al ser en una temprana hora, permitirá a los fans verlos en total calma y sin problemas para estar cerca del escenario.
