RPM: Please Please Me de The Beatles

March 22, 2018

the beatles please me

I can’t conceive of any more misery:
Please Please Me de The Beatles

Por Ernesto Acosta Sandoval

Imagínate esto: tienes quince o dieciséis años en el Reino Unido en 1963. El pesado y lúgubre ambiente de la posguerra se sigue sintiendo en el día a día, la música en el radio es una mezcla de baladistas cursis y shows de comedia, el Rocanrol como lo conocías está muerto, Elvis está en Alemania haciendo su servicio militar, Chuck Berry, Little Richard y Jerry Lee Lewis están en decadencia (o en la cárcel), Buddy Holly sólo es un recuerdo, no existe nada a lo cual aferrarse. Un día, sin embargo, ves en la tienda de discos un LP con cuatro chavales sonrientes viéndote desde un balcón. Una rareza, porque para ese momento nadie graba LPs, pero igual lo compras con el poco dinero que logras juntar de tus mesadas. Llegas a tu casa y lo pones sobre la enorme consola en la que tus papás escuchan su música clásica. La aguja cae sobre el primer surco y una voz gangosa grita: “One, two, three, faaah!”. Nunca en tu vida has escuchado algo así. Nunca, jamás, tu vida va a volver a ser la misma. Algo se ha movido para siempre dentro de ti. ¿Quiénes son estos cuatro muchachos que tocan algo que te habían dicho que estaba muerto? Canción tras canción dentro de este pedazo de vinilo es una revelación, no puedes creer lo que escuchas. Algunas de las canciones ya las conocías cantadas por otros cantantes, pero nunca te habías imaginado que pudieran tener esta otra vida. Y las que dicen que son originales de ellos no suenan a nada que hayas escuchado antes. Todo aquí es perfecto, ruidoso y hermoso. Este es el inicio del resto de tu vida, y, no lo sabes, pero es un antes y un después en el siglo veinte.



Please Please Me, a cincuenta y cinco años de su aparición, es el debut más absoluto de la historia del Rock y de la música popular. Es el inicio de la era del LP, a diferencia de la cultura del sencillo de 45 RPM, es el inicio de la banda de rock autosuficiente que escribe sus propias canciones y toca sus propios instrumentos. También es el inicio de la alegría después de años de sombras. Es la energía de cuatro adolescentes encapsulada en treinta y tres minutos, que se proyectó a todos los adolescentes del Reino Unido, primero, luego de Europa y finalmente, del mundo entero y que sigue latiendo cada vez que la aguja cae sobre el primer surco y suenan las primeras notas de “I Saw Her Standing There” y que hace que el mundo se detenga hasta que suenan los últimos acordes de “Twist And Shout”. Más impresionante aun cuando se sabe que 12 de las 14 canciones aquí contenidas fueron grabadas en una maratónica sesión de doce horas en los estudios de EMI en Londres, todo gracias a la visión de un productor sin nada de experiencia en rocanrol pero que decidió confiar ciegamente en cuatro greñudos de Liverpool que se deshicieron la garganta canción tras canción.

En 2018, el baterista de esta banda fue nombrado Sir por la Reina Isabel. Nada mal para alguien que fue considerado parte de una moda pasajera, inocua y que supuestamente pronto pasaría al olvido. Nadie que le traiga este tipo de felicidad al mundo puede, o debe, pasar al olvido.

Post escrito por: Ernesto Acosta