Solsticio Music Festival 2018 @ 360 Venue

Foto Claudia Ochoa

Por Chulo Castizo

Los festejos iniciaron desde temprano y todas las arterias de la ciudad rezumaban felicidad. Un ensamble de celebraciones en donde la marcha LGBTTI fue una de las más representativas de las que recorrería la Ciudad.

Entre todas las posibilidades para festejar, sobresalía el show de Metronomy, cabezas de cartel de un desconocido Solsticio Music Festival, una réplica de aquel que se desarrolla en Francia, y que prometía baile hasta el amanecer.

Con una decoración casi nula, un inicio titubeante, y un ecléctico lineup, dio inicio la noche más larga del año. Nos encontramos con una diversidad de propuestas que pareciera una seña de identidad de este festival, y aunque no todos coincidiríamos en lo apropiado de mezclar Folk, Rock bluesero, con Tecno, lo experimental o el ritmo latino… La organización tampoco se prestó para procurar espacios propios y poder ajustar los tiempos de los allí presentes, cuestión que afectó sobremanera a De Osos, una maravilla entre el caos, con una sala prácticamente vacía, tocaron su reciente LP Todo el Ruido entre Nosotros, un enlace hacia lo mejor de Mogwai, o a los más descarnado de Nine Inch Nails. Su música de experimentación ya les valió un premio IMAS con su debut Instrucciones para dejar Ir, sin embargo, esto no sirvió para que su posicionamiento en el cartel fuera el merecido. A mi parecer un gran error de programación.

El ritmo y la melodía latina la propuso Rafael Mesa, acompañado de guitarra y cajón, con su proyecto solista Pehuenche, una suerte de World Music, con cabida para Folk, Cumbia y Bolero, quiénes amenizaron la entrada a cuentagotas del público con temas de su disco Rendeval.

La Orquesta 24 Cuadros de Atto Attie es un ensamble de escenas compuesta por 12 músicos, que van desde la música clásica hasta el Jazz y Rock, todo acompañado por un show escénico y visual muy atractivo, que quedaría resumido en el tema “Job” para entender enteramente su tan arriesgada como virtuosa propuesta.

Amandine y Damien son Catfish, un dúo francés de Rock bluesero, quienes con la sala ya repleta regalaron un show vertiginoso, contundencia y espíritu de Rock con algo de sintetizadores resumida en dúo. Con cierta tendencia a la autocomplacencia fueron el anticipo perfecto para el plato fuerte de la noche. Un acierto.

Metronomy fueron los grandes triunfadores, a pesar de que no terminaría con ellos el festival, la noche para muchos finalizó con su show. Una muestra de esto es que entre el público todo eran caras de felicidad.

Cada tema era bailado y cantado hasta la extenuación, banderas ondeaban, cientos de celulares grabando, y el suelo verdaderamente vibrando bajo los pies, un hit tras otro alimentaban los gritos: “The Bay”, “The Look”, “She Wants”, de su fantástico LP English Riviera, o el “Old Skool” del LP Summer 08. Un verdadero espectáculo que les confirma como una de los mejores propuestas del Electro Pop, y de entre los más queridos por el público. Para finalizar, ya en los encores, cerraron su presencia con la interpretación de “Everthing goes my way”cantada por su baterista Anna Prior como broche para su show.