Foto Manuel Castillo @MrCastleManu
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Por Diego Álvarez Rex
Sin espacio para la nostalgia, el esperado debut en México de Simple Minds fue una dosis de energía y baile que la misma banda declaró compartir tal ansia y, aunque traían un LP nuevo bajo el brazo, sin preámbulos se disculparon por la larga espera y advirtieron compensarían la espera con todos los clásicos.
Dicho y hecho: casi dos horas de historia sonando por vez primera en territorio mexicano. Siendo que los originarios de Glasgow están lejos de ser un “one hit wonder”, el inmueble casi a reventar coreó y bailó canciones no sólo que marcaron época sino en la misma radio mexicana suenan hasta el hartazgo.
Lo que hace a Simple Minds tan diferente a sus congéneres dentro de la casilla del New Wave, es su afinidad por los ritmos de afro-ascendencia. Durante la mayoría de su carrera, fueron los compases de su baterista Mel Gaynor, de raíces brasileñas y jamaicanas, lo que hacía de sus composiciones música de baile más orientada al Funk y al Disco que al Post Punk, sumándole el estilo de guitarra de Charlie Burchill que igualmente tomaba influencia de iconos en el género como Nile Rodgers y Al McKay más que de cualquier otro ídolo caucásico.
Con una serie de músicos que le inyectan juventud y contundencia a temas con casi treinta años de antigüedad, la energía de Jim Kerr sigue dando de qué habla al moverse de un lado a otro arrodillándose, bailando y acercándose en toda ocasión a la audiencia sin miedo a burlarse de la perdida del cabello o la falta de delgadez en su figura. “Mandela Day”, “See The Lights” y claro, “Don’t You (Forget About Me)” fueron momentos que muchos visualizaron sólo en su imaginación, pero que al por fin tenerlos al frente no decepcionaron ni rompieron ilusiones: fue todo lo que esperaba el público mexicano, y su respuesta fue clara: el mismo Karr no quería irse bromeando “¿Creen que sea posible que toquemos aquí todas las noches?”
Igual, recayendo en su afinidad por los ritmos negros, la cantante Sarah Brown sumó su imponente voz para volver piezas de Synth Pop en Soul y Dance Rock complementando el hecho que en temas como “The American”, “Promised You A Miracle” y “She’s A River” prácticamente prescindieron de los sintetizadores y teclados para darle énfasis al bajo y la batería.
La “avalancha de éxitos” terminó con un combo de “Sanctify Yourself”, “Hypnotised” y “Alive And Kicking” que dejó a muchos satisfechos pero claro, siempre con ganas de más. Bien a algunos les faltó “Speed Your Love”, “Ghostdancing” o “Glittering Prize” (enlistada para el final del set más no interpretado posiblemente por fatiga), el hecho es que por fin tuvimos a un icono del Rock escocés en nuestro país y fue el gran y épico concierto que esperábamos.
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