Cortesía Camia Mata
Cortesía Camila Mata
Cortesía Camia Mata
Cortesía Camia Mata
Por Óscar Villanueva
El año 2O2O empezó de una manera muy agradable para los que estaban poniendo atención. Low Roar, el proyecto de Ryan Karazija sería el primer concierto del año y no pudo haber comenzado de una forma más linda.
A diferencia de su visita pasada en el que venía con músicos, en ésta ocasión fue solamente Ryan, alternando entre guitarra y piano, aunque en al menos dos canciones (“I’ll Make You Feel” y “Dreamer”) lo acompañaron un violín y cello; de verdad es una lástima que no hayan participado más durante el concierto, ya que le aumentaban las capas sonoras (especialmente los bajos) que provocando una melancólica solemnidad. Así mismo, “Bones” contó con la ayuda de Juan Pablo Gonzalez, su otro compositor, en el piano. Además de los instrumentos, Ryan usaba dos micrófonos, uno donde se podía apreciar su bella voz y otro que inundaba de eco la sala, dando la impresión de estar en una catacumba rodeado de espíritus.
Entrevista /// Low Roar
El lugar donde se realizó el concierto de Low Roar no pudo estar mejor adecuado para la presenciado, butacas lejos de la barra propiciaba algo que es muy complicado que suceda en conciertos en México, la gente se quedaba callada, así mismo creaba una atmósfera íntima, donde parecía que le estaba cantando solo a uno. El lugar tiene un gran sonido también.
Mientras pasaba el tiempo, Ryan nos preguntaba si queríamos escuchar una historia previa a tocar la canción que seguía, así el concierto se volvió una especie de mini VH1 Storytellers, en el que se abarco sus cuatro discos. Cuando acabo el concierto, fue un poco como despertar de un sueño, solo que en vez de la luz de día sobre nuestra cara, salimos a una ciudad envuelta por la noche, aun con su voz envolviendo nuestros pensamientos.
