Foto Chino Lemus
Foto Chino Lemus
Foto Chino Lemus
Foto Chino Lemus
Foto Chino Lemus
Por Diego Álvarez Rex
Desde su silueta redonda al piano hasta su característica sonrisa capaz de derretir glaciares, Billy Joel es icono en porte y estilo. Su magnificente y virtuosa manera de tocar el piano, más el impecable ensamble de músicos que componen su banda, es explicación suficiente por el que la sola promesa de una última gran presentación en vivo de este cantante abarrota teatros y arenas en todo el mundo, ¿Pero un Foro Sol a boletos de 6 mil pesos? Pues también.
Es increíble que esta última ocasión, sea apenas la cuarta vez que pisa un escenario capitalino, y no es para sorpresa que los boletos siempre tan caros sea por lo elevado de su costo tanto en honorarios como producción sean la razón principal. Siendo esta la segunda vez que se presenta y llena el Foro Sol, seguro muchos ya saben que la inolvidable velada entre Pop y clásico Rock and Roll es garantía.
Billy interpretó un repertorio orientado a su carrera de finales de los setentas incluyendo casi en su totalidad el álbum The Stranger con memorables rendiciones de “Scenes From an Italian Restaurant“, ” She’s Always a Woman” y obviamente “Vienna” frente a un público que más allá de curiosos, hay una enorme base de seguidores sitiaron cada rincón del estadio de beisbol grabando con celular el famoso piano que gira de Billy, así como celebrándole cada improvisación que hacía para calentar al público jugando con “YMCA”, “Tequila” y hasta el modo en que se burla ya de su propia edad pidiendo bufanda y gorro por el frío. Se agradece escuchar en nuestra capital una última vez “New York State of Mind” y “The Entertainer”, para aquellos que apenas íbamos naciendo cuando él ya llenaba estadios.
Para ser un colosal show de estadio, realmente no hay un gran montaje con pirotecnia, solos de guitarra o algo más allá de plataformas para sus músicos y muchas pantallas, por lo que tal vez el concierto hubiera encajado mejor en dos noches del Auditorio Nacional para complementar esa gran sensación de “Cena, baile y show” que sus baladas de piano inspiran.
Antes de cantar hace bromas como si fuera el anfitrión de una fiesta en la que se nos presenta no sólo a sus músicos, el legendario e infalible carisma del hijo prodigo del Bronx no bastan para darse por servido en un show de el “Piano Man”, ya que dos horas después y más de 25 temas, para el final decide levantarse del piano de cola y dejar que sus músicos se encarguen del resto para demostrar que tiene condición y aún baila, brinca y entona imposibles notas vocales para “We Didn’t Start the Fire”, “It’s Still Rock and Roll to Me” y “Uptown Girl”
Siendo una gira de “despedida”, no pueden faltar sus éxitos más obvios y obligados, “Allentown“, “Big Shot“, y ” You May Be Right” no podían faltar, y que pese a ser canciones que la radio y televisión se han encargado de sobre-exponer a toda costa, siguen sonando frescas y precisas de la voz del ídolo e icono de la música que es Billy Joel y pudimos tener una última vez por acá.
