
Sam Amidon / Foto Gullick
Entrevista /// Sam Amidon:
Otra gran muestra de buen Folk
Por moonman
A inicios de este año se estrenó un lindo disco Folk llamado Salt River del músico originario de Vermont, Sam Amidon. Justo a unos días de su estreno tuvimos la fortuna de entrevistarlo para que nos contara más sobre el material, el cual tiene ese poder atmosférico de llevarte por un paseo a la pradera o aun bosque frondoso, donde la música fluye gracias a la libertad que se tomaron todos los músicos en las sesiones de grabación y donde incluso uno que otro “error” se quedó en la grabación para mantener ese elemento orgánico y vivo presente en las canciones.

Sam Amidon / Foto Gullick
Acabo de escuchar Salt River y es genial
Tengo curiosidad por saber cómo responde la gente, pero sobre todo, estoy emocionado por salir de gira, viajar de nuevo y dar conciertos. Este es mi primer álbum desde 2020. Así que fue muy difícil girarlo durante las diferentes fases de la pandemia.
Entre estos discos, colaboraste mucho y exploraste nuevas cosas aparte de tu propia carrera. Creo que Salt River refleja todas esas experiencias que has ido recopilando a lo largo de estos cinco años. Es una gran evolución personal.
Totalmente. He pasado mucho tiempo tocando música en diferentes contextos, como dijiste. A veces simplemente voy al pub y toco música irlandesa en sesiones improvisadas en un pub y toco violín durante tres horas con alguien que no conozco. Esa es la tradición de la música irlandesa y también la de distintos ambientes folclóricos. Otras veces salgo a escuchar Avant Gard Jazz o a escuchar un montón de música contemporánea. Veo películas, leo, pienso en ideas creativas. Tengo un Patreon que comparto mensualmente con gente o imparto un taller, y eso puede ser muy creativo. Así que, sí, y he llevado a cabo varios proyectos, como dijiste, en los últimos años. También hice una pequeña gira con el guitarrista Marc Ribot y asesoré a Paul Mescal para la película llamada The History Of Sound, que se estrenará a finales de este año, donde les di lecciones sobre música Folk. Todo esto fue muy inspirador.

Sam Amidon / Foto Gullick
Vi un video en tu Instagram donde aparecías con Manami Kakuto. Suena genial la sesión porque se ve que fue una forma muy libre de hacer música.
Hay festivales importantes en el mundo, pero también hay algunos festivales más pequeños que realmente fomentan este tipo de colaboraciones entre artistas. Uno de ellos es el Festival de Frue en Japón, en las montañas de Kakegawa. Sam Gandel toca allí. Cuando toco allí, suelo colaborar con una Manami Kakuto, una compositora y cantante increíble y con quienquiera que esté allí, también probamos algo nuevo.
Cuando escuché el disco, noté muchas influencias de todo el mundo, especialmente de Irlanda. Especialmente mucha influencia de la música nativa americana. ¿Es cierto?
Es interesante la referencia, no lo habría pensado, pero he escuchado algo de esa música en los últimos dos años, así que quizás se incorporó. Creo que nunca se sabe qué conexiones hay entre las antiguas canciones populares, rítmica y melódicamente. Es una conexión hermosa.
Una de mis canciones favoritas del álbum es “Golden Willow Tree”.
Me alegra mucho que te haya gustado “Golden Willow Tree”, porque también es una de mis favoritas. Fue un reto porque tiene una historia muy larga y no pudimos eliminar ninguna estrofa porque todas son importantes para la historia. Es una historia muy poderosa, surgió de la cantante Almeda Riddle y la cantó como una balada a capella y luego se nos ocurrió el fondo estático que permitió que los detalles de la canción emergieran, porque si se recargaba demasiado, no podrías prestar atención a la historia.
Creo que lo que haces, especialmente en este disco, es tomar fotos y pequeños fragmentos de vida, es muy orgánico, incluso puedes dejar que coexista algún error y lo dejas vivir en la canción. Especialmente en esa canción, tiene una especie de transición irregular.
Me inspiro mucho en las grabaciones de campo de los músicos Folk más veteranos de los que he aprendido muchas canciones. Como Alan Lomax, quien hizo estas grabaciones en la década de 1950 de músicos en las montañas y Sudamérica. También me encanta del jazz, cuando escucho discos de los 60, escuchas la interacción entre los músicos. No se trata de un producto terminado. Es un proceso entre las personas presentes, así que intento que eso siga presente en mis discos.
Otra canción que me gusta mucho es “Cusseta”, sobre todo la segunda parte
Totalmente. Es un antiguo himno Folk estadounidense, pero le dimos un ritmo peculiar. El productor Sam Gendel añadió muchos elementos como el bajo. Y tiene un aire a la banda Weather Report por el tipo de sintetizadores que hay.
Algo que tiene Salt Water es que queríamos que se sintiera como una aventura en la que caminas, sin saber realmente adónde vas. Queríamos que fuera más como si estuvieras caminando por el bosque y de repente estuvieras en un campo y, de repente, vieras un acantilado en algún lugar. Queríamos que se sintiera así.

Sam Amidon / Foto Gullick
Lo que noté en las canciones de Salt River es que tienes estos pequeños elementos que no llenan todo el espacio, creo que dejas que la gente llene esos espacios con su imaginación. Cuando escuchas música Pop o un hit, todo está hecho. No te da espacio para que tengas imaginación y completes la canción. Y creo que en tu caso, es más como dejar que la gente la complemente
Gracias. Sí, es algo que intento incluir en las partes de guitarra, pero también es algo que Sam y yo hicimos en la producción: si cada sonido es convincente, está bien que solo sean tres sonidos. Si cada uno es convincente, es suficiente. Y si el ritmo es convincente, es suficiente. Así que, sí, prefiero algo inesperado a demasiadas cosas.
¿Cuáles son tus planes para este álbum?
Estaré de gira y viajaré por todas partes. Me encantaría ir a México, sería mi primera vez si fuera. Así que estamos trabajando en ello. Para mí, lo más importante es actuar, conectar con el público, hacer que la gente cante conmigo, acompañar a la gente en el viaje sobre el escenario es algo completamente distinto. No tengo un setlist definido. Toco con músicos que también son muy improvisadores. Nunca sabemos qué va a pasar en el concierto. Así que hay mucho margen para que eso también crezca.