Por Chulo Castizo /// Fotos: BigIdeas (OzCorp)
Tal y como dijo Marc Gili, vocalista de Dorian, anoche sobre el escenario del Lunario, agradeciendo al público asistente: “En México hay tanta cantidad de conciertos, más que en Nueva York, que por eso les agradecemos que hayan venido a vernos“, por ello estuvimos presentes para ver de cerca a la banda catalana.
Fue un actuación emotiva, eléctrica, y soberbia a partes iguales. De la emoción damos cuenta por su conexión más que evidente con su público mexicano, y que con su último LP La Velocidad del Vacío, grabado en la Ciudad de México, lleva aparejado el ADN de origen. De la parte eléctrica se ocuparon de forma vertiginosa tanto en los sintetizadores, con Belly Hernández y Lisandro, como a las guitarras, por momentos hirientes como en la colaboración que hizo Chavo de Austin TV en uno de los temas. La actuación estuvo soberbia, con un repaso a toda su discografía en unas dos horas de duración, y en donde sonaron impecables, mostrando su poemario particular con un regusto de Electro bailable a lo New Wave, Pop de canciones con una estética Dance.
Como cierre de gira, desgranaron en un armonioso set, temas de sus cuatro álbumes, tanto de su debut 10.000 Metrópolis con el tema “Te echaremos de menos“, de su exitoso LP El Futuro no es de Nadie, con su pegadizo hit “A cualquier otra parte“, como de La Ciudad Subterránea, y del último trabajo La Velocidad del Vacío, del cual sonaron la práctica totalidad del mismo con “Soda Estéreo“, “El Temblor“, “Los amigos que perdí“, “Tristeza“, “Arde sobre mojado“, “Las Palabras” o “El Sueño Eterno“.
Sin lugar para la equivocación estuvieron más allá de mis expectativas, y si tuvieron o no el beneplácito del público, eso no importó, ni tampoco la pobre entrada, porque lo que sólo importó fue la feliz salida de quienes tuvieron la oportunidad de disfrutarlos.
