Reseña: Alt-J /// This is All Yours

Alt-J
This is All Yours
Atlantic
4.3

Por Marco Avre @moody_

Debería existir una norma que le prohiba a organizaciones como el Mercury Prize o los Grammys entregar premios a bandas en sus álbumes debut. Hay ciertos niveles de injusticia en premiar y por ende depositar tanta presión en artistas que apenas están detallando su propuesta.

La historia de un álbum debut impresionante aclamado por la crítica, seguido de nuevos discos mediocres se ha repetido a lo largo de la reciente historia de la música. Si a Adele le hubieran dado el Grammy por 19, daríamos por hecho que el 21 nunca hubiera existido o por lo menos no con la fuerza con la que sacudió al mundo.

El caso de Alt-J, es lamentablemente otro en la lista de “One Album Wonders“, mientras que la banda tuvo toda una vida para concebir un disco tan audaz como lo fue An Awesome Wave tuvieron poco menos de dos años y toda la presión del mundo por lanzar la continuación del álbum que los hizo acreedores al Mercury Prize. Esta segunda parte llega en la forma de This is All Yours a lo que quisiera responder: “Se los agradezco, pero no lo quiero”.

Luego de su triunfante llegada al mundo de la música, vinieron los premios, la gira, el reconocimiento de la crítica americana que se ha caracterizado por detestar a las bandas del Reino Unido. Pero tan fuerte como fue la explosión, fueron las consecuencias. La primera pérdida, fue la de Gwil Sainsbury por motivos personales, aún así, el panorama no se veía tan oscuro cuando el cuarteto se convertía en trío y decidían seguir su camino.

La segunda pérdida y quizá la que más duele fue la espontaneidad, no importa cuán pretencioso haya sido el nombre de la banda, el triángulo para representarla, la portada del disco, los nombres de las canciones, las letras, había cierto toque de naturalidad y curiosidad en las canciones y todo lo que las rodeaba durante la era An Awesome Wave

This is All Yours es otra historia. Luego del cataclismo mediático por el que la banda atravesó, donde se les pegaron etiquetas como “Los nuevos Radiohead”, la banda parece haberse tomado todo muy en serio, incluso esa etiqueta, e hicieron un disco que los fans de “Creep” de Radiohead podrían disfrutar si tuvieran 17 años otra vez.

Un “Intro” de casi 5 minutos, aburridísimo y prácticamente innecesario se encarga de abrir este pesado recorrido por el segundo esfuerzo de una banda que parecía haber llegado para quedarse. “Arrival In Nara” seguidas de “Nara” prometen cierto hilo conceptual para el álbum, pero basta escuchar dos minutos de la primera para saber que lo más conceptual que encontraremos aquí serán los títulos de las canciones. Inmediatamente después vienen los sencillos “Every Other Freckle” que se queda muy corta comparada con sus contrapartes del disco anterior como “Tessellate” o “Breezeblocks“, no hay magia, no hay sorpresa, no hay ni siquiera un gancho del cuál agarrarse. “Left Hand Free” es una clara táctica para asegurar airplays en las estaciones de radio, en un disco que se esfuerza mucho por acercarse al Kid A, los Black Keys se asoman como influencia en esta canción que si no fuera por la voz de Joe Newman, podría ser de cualquier otra banda.

Otro interlude innecesario, y “Choice Kingdom” se anteponen a la llegada de “Hunger of the Pine” que quizá sea la única canción que está al nivel de lo que habíamos escuchado de Alt-J, pero con un hambre de atención que se expresa en un sampleo muy forzado de Miley Cyrus, la línea en cuestión tiene poco que ver con la canción en general, suena más bien a una táctica desesperada por asegurar una nota en blogs que reconocen el potencial de un encabezado como “Miley Cyrus en el nuevo disco de Alt-J“.

En el tracklist siguen otras canciones que suenan exactamente iguales entre ellas, hasta “Bloodflood pt. II” que busca sin éxito, conectarse con la raíz de la banda. Si se trataran de películas, “Bloodflood” hubiera sido un drama bien ejecutado, mientras que su segunda parte hubiera sido una novela romántica protagonizada por Ashton Kutcher.

This is all yours engloba lo que podríamos llamar la tercera y última pérdida de la banda: la humildad. Todas las canciones de este álbum son soberbias y pretenciosas, todas se sienten premeditadas, con un objetivo en mente más allá del gusto de hacer música, nos dan un álbum porque creen que el mundo necesita escuchar más del Alt-J y por eso este segundo álbum se siente más como una obligación que una decisión de la banda por construir una carrera. Habrá que esperar un siguiente disco para asegurarnos que An Awesome Wave fue solo eso, una ola que pegó con fuerza pero está destinada a repetirse una y otra vez hasta que la humanidad se aburra de lo mismo.