Pink Martini @ El Plaza Condesa

February 8, 2016

pink-martini-slide pink-martini-4 pink-martini-3 pink-martini-2 pink-martini-1

Por Diego Álvarez Rex
Fotos Óscar Villanueva (Flickr)

Por tercera ocasión y en el mismo foro, el ensamble de Jazz Pop norteamericano celebrado bajo el nombre de Pink Martini tuvo al público capitalino embobado de principio a fin con lo que se ha vuelto ya un show un tanto predecible, pero para nada infalible.

El conjunto de diez músicos liderados por el pianista de Portland, Thomas Lauderdale, se ha ganado a México desde su visita a la Cumbre Tajín 2012 que, aunque en ninguna ocasión ha contado con su vocalista más célebre China Forbes, es su complaciencia nivel clásicos del cancionero en español lo que les ha valido ya un espacio en los “obligados” de la música para adulto contemporáneo consumidor de World Music y símiles como Concha Buika o Goran Bregovic: no se trata de una gran propuesta que los coloque en vanguardia o en avanzada musical, pero sí interpretan temas como “Quizás, Quizás, Quizás”, “¿Dónde estás Yolanda?” y “Malagueña”, poco falta para que en su próxima visita canten una de Los Ángeles Azules o en su defecto, de “Cielito Lindo” y la audiencia termine de rodillas por su “eclectisismo”.

Vamos, que para nada se trata de demeritar el esfuerzo de incluir ritmos afrocubanos, salseros y en ocasiones hasta de folclór mexicano, sino que la orquesta pudiendo demostrar un poco más de complejidad, parece que al venir a México se van a la segura y aunque en otras partes del mundo ejecuten piezas rumanas, alemanas y hasta algo de Dixie Land, un show en México es Salsa, Bolero, y bueno, cosas que escuchamos día con día en cualquier otro lado. Aún así, el show es relativamente balanceado con la inclusión de temas de autoría como “And Then You’re Gone”, “Splendor in the Grass” y “Hang on Little Tomato” (las de siempre), pero esa sensación similar que producer ir a ver a Pearl Jam, U2 o Muse y deliberadamente armen un set de “hits” para nuestro país de algun modo les resta valor al menospreciarnos como audiencia.

Más de dos horas y un carisma muy especial por parte de Storm Large cuyo masticado español jamás restara atención de su sensualidad y rango vocal con todo y traductor/promotor/invitado sobre el escenario pasando algunas verguenzas contando historias y chistes que nadie pidió, al final el recinto que por vez primera en sus visitas no fue de localidades agotadas (¡la crisis!) fue de otro gran concierto por parte de la agrupación, pero que al menos que decidan reinventar su repertorio para nuestra ciudad, será como ver la misma película una y otra vez hasta que llegue el punto en que ya no quieras verla

Post escrito por: Diego Álvarez Rex

Post Relacionados