Reseña: Camera Obscura /// Desire Lines

June 10, 2013

Camera Obscura DesireLines portadaCamera Obscura
Desire Lines
4AD
7.2

Camera Obscura desde sus inicios hace ya más de 15 años han estado a la sombra de Belle & Sebastian, pero aunque comparten un oido nostálgico y un gusto por la música de cámara jubilosa, los oriundos de Glasgow han crecido su retro pop a lo largo de cinco álbumes de una manera muy estable. Desire Lines muestra a una agrupación con una base musical sólida y una voz propia que hace sonar sus guiños al pasado muy relevantes.

Con Let’s Get Out Of This Country (2006) y My Maudlin Career (2009), el quintento llegó a un envidiable momento profesional, encontrando un cómodo punto medio entre la sólida y lustrosa instrumentación y el sentimiento envolvente de añoranza. Desire Lines empuja esto todavía más, consolidando en el camino su sonido pero perdiendo una sensación de aventura. En el álbum no se encuentra un “Lloyd, I’m Ready to be Heartbroken” o un “My Maudlin Career”, esas piezas que de un golpe se aferran a la parte del cerebro reservada para la música pop con un hook de guitarra sencillo pero inolvidable o un coro insistente pero revelador. “Troublemaker” y “Every Weekday” dentro de Desire Lines se acercan a este ingenio pero el álbum está construido en su totalidad de manera tan precisa que la experiencia completa es de primer nivel y gran parte de esto se debe a Tracyanne Campbell.

Campbell, con una mirada seria y ojos claros penetrantes, se ha convertido en una de la voces más atractivas del indie pop. La suavidad de su tono carga una somnolencia particular en donde parece estar entre dos mundos dormitando. Con el acompañamiento de sus músicos es una Joanie Sommers más pop, una Lesley Gore intelectual pero sin miedo a escribir un pequeño himno adolescente con la idea principal de “pobre de mí y mi corazón roto”. Pocas personas pueden hacer encantadora una canción sobre pedir perdón por no asistir a una fiesta (“I Missed Your Party”) e incluir frases desgarradoras como “dices que no puedes ver lo bueno que hay en mí”.

Por su lado, el productor Tucker Martine, un joven veterano que ha trabajado con Sufjan Stevens, Beth Orton y R.E.M., aporta un lustre cohesivo en todo el álbum sin importar que las cosas se aceleran con el frenesí de “Do It Again” o bajan de ritmo con el corte que cierra el álbum “Desire Lines”, una pieza teñida en country con todo y slide guitar. La inclusión en Desire Lines de Jim James y Neko Case, pasados colaboradores de Martine, es inconsecuente; es un reto encontrar estas dos voces en el álbum.

La carrera de Camera Obscura ha llegado a un punto en el que se han convertido en una referencia y punto de partida para muchas agrupaciones (en especial para la música independiente sueca) y Desire Lines los muestra como lo más seguros de sí mismos que los hemos visto hasta ahora. El reto será ver qué hacen con esa confianza merecidamente ganada.

Post escrito por: moonman

2 thoughts on “Reseña: Camera Obscura /// Desire Lines

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