Por Luis Arce @lsfarce /// Fotos: BigIdeas (OzCorp)
La estética recientemente adoptada por These New Puritans en su álbum Field of Reeds parece condenada a la especulación del conflicto, siempre irresoluble, entre escucha y artista. El álbum que el grupo lanzó este año simplemente carece de un atractivo inmediato. Sumamente espaciado y mucho más cercano a compositores como Arvo Pärt y el sello ECM que a sus contemporáneos de la escena independiente; con pistas que rebasan los cinco minutos e instrumentación alejada de la tradicional orquestación Indie Rock, Field of Reeds resulta en una obra impredecible de difícil aproximación.
Esto no quiere decir que el álbum sea inaccesible, pero ciertamente hablamos de un disco cuyo objetivo es comprometer al escucha directamente con lo escrito en la partitura, aunque esto le exija cierto convenio e incluso pueda llegar a perderlo.
Jack Barnett está convertido ahora en una de esas figuras artísticas involucradas en cada aspecto de la manufactura de su obra. Su mentalidad se ha tornado elaborada, compleja y sobre todo, absolutamente minuciosa. Actualmente resulta difícil saber si esta personalidad ha surgido del mismo ser humano que hace algunos años le interesaba el potencial dinámico del Indie más enérgico. Aún así, podríamos asegurar con rotunda franqueza que esa energía, como bien dictan las leyes más rudimentarias de la física, se ha transformado.
Tal como Barnett lo desea, todo lo relacionado a These New Puritans ha de ser admitido con sumo rigor crítico. Análisis, pensamiento, idea son conceptos que él tiene claros y que enfatiza sobre el escenario al combinarlos con un estricto sentido de lo que significa un concierto.
Ante un Plaza Condesa que se encontraba tristemente al 30 o 40 por cierto de capacidad, Jack Barnett y These New Puritans edificaron una de las presentaciones en vivo más emocionantes y dramáticas que hayan sucedido este año. Más aún, una presentación de tal cuidado y ambición que posiblemente será recordada no sin cierto grado de misticismo por todos aquellos presentes en el recinto de la Condesa.
Previo a esta fecha, la especulación sobre la posibilidad de interpretar en vivo las piezas contenidas en Field of Reeds decantaba en dos resultados opuestos: se puede asegurar que las piezas no tendrán una forma clara al ser tocadas en vivo, o puede esperarse lo contrario. La especulación puede ayudarnos en nuestro proceso de entendimiento, pero una vez contemplamos la acción, el oído es naturalmente forzado por lo que sucede. These New Puritans no transmite en vivo la energía contenida en Field of Reeds. Hacen algo diferente. Simplemente porque “en vivo” y “estudio” son dos instancias diferentes.
Una vez la agrupación ha reconocido esto, es capaz de transformar sus piezas de estudio en inconcebibles trances musicales. Así ocurre no sólo con las piezas de Field of Reeds, de las cuales “Spiral” y “Fragment 2” fueron las encargadas de inaugurar el setlist, sino que esta mentalidad contagia la interpretación de “Attack Music” y “We Want War” sin quitarles su frenética energía. Es durante un punto entre estas dos canciones que la poca gente en el lugar comienza a aglomerarse hacia el frente. Claramente han encontrado algo que vale la pena ver más de cerca.
“Organ Eternal” y “V (Island Song)” son dos de las piezas más vitales y únicas de Field of Reeds, las dos ocupan la segunda mitad de la presentación y las dos empujan con fuerza las fronteras de lo que está sucediendo. “Organ Eternal” es tan soberbia y maravillosa como lo es en estudio. Jack Barnett, George Barnett y sobre todo Thomas Hein tiene un conocimiento único de lo que las líneas melódicas en la canción son capaces de hacer. El resultado de esto, es fascinante. Una mezcla asombrosa de ondas sonoras guiadas por un estricto contrapunto, donde ningún instrumento pierde detalle de las notas que deja salir, pero nunca más las retoma. Un resultado únicamente empequeñecido por lo que sucede a continuación.
“V (Island Song)”, es la composición central de Field of Reeds, lleva la narrativa del álbum hasta un punto culminante y en ella reposan gran parte de las manías que Barnett anheló para este álbum. Resulta impresionante y a la vez excesivamente difícil entender cómo es que “V” consigue sonar así en vivo. Es apabullante. Posee no sólo la forma de una composición perfecta, sino que la posibilidad de diluirse entre el ritmo quebrado de la batería y las vocales de Elisa Rodrigues. En suma constituye un momento de inmensa complejidad, que difícilmente podrá repetirse en este escenario.
Sobra decir que El Plaza nunca había sonado tan desafiante y gentil a la vez. Y que finalmente la presencia de un público diminuto ejercitó un aspecto de la apreciación musical mucho más valioso que la masificación: por un momento These New Puritans y los pocos presentes en el recinto son parte de una misma presencia. Podríamos decir que se trata de la Música, pero eso queda en cada una de estas personas, que seguramente recordarán este concierto por una buena cantidad de años.
Setlist
Spiral
Fragment Two
The Light In Your Name
3000
Attack Music
We Want War
Organ Eternal
Field of Reeds
V (Island Song)
Encore:
Re-Want War
Orion
