Attaque 77 @ Plaza Condesa

Attaque 77

Tr3s de Corazón

Por Diego Álvarez Rex
Fotos Manuel Castillo @MrCastleManu

A estas alturas, es difícil narrar lo que fue el regreso de Attaque 77 a suelo capitalino ya que, originalmente uno estaría al pendiente de cómo sería la convocatoria sin la obvia presencia de su líder y voz original, Ciro Pertusi, y sí a su vez, el ahora trío de la capital federal argentina podría estar a la altura de un país con Mariano al frente y que no había tenido oportunidad de verlos en este formato debido a su larga ausencia… pero no, la historia de siempre, la sangre manchó cualquier postal que en un inicio se pudo haber tenido.

Lo peor de todo tal vez fue que, el conjunto realmente dio un concierto como pocos ha visto el Plaza Condesa, las condiciones eran más que óptimas para un ‘apoteósico’ regreso, viniéndome a la mente el caso de aquel show en el 2012 en ese mismo lugar con Los Tres de Chile que, tras una larga ausencia y una racha de estrictas apariciones en festivales, sentó bases para un concierto tan épico que inclusive una considerable porción de la audiencia era inmigrantes borrachos en su propia algarabía, cosa que repitió Attaque 77 anoche: Grandes y triunfadores frente a una sala abarrotada que cantaba más fuerte que las bocinas.

Invitados a la altura para calentar, los colombianos de Tr3s de Corazón que igualmente compuestos de puro Punk Rock y mucha cerveza, jamás fueron abucheados o recibidos con proyectiles; los primeros empujones llegaron con “Carnaval”, “Puñalada”, “100%” y su fuertemente coreada “¿Qué se yo?”, oh, sí el concierto pintaba para algo grande y la tensión entre el público era tajante, ¡pon fin A77AQUE devuelta en México! No se podían ni hacer más adelante o más para atrás ya que el espacio estaba retacado.

Camaradas sobre los brazos de otros, muchos con playeras claramente percudidas por el uso y antigüedad y, al apagar las luces era de esperarse que el confeti y las banderas de contrabando hicieran acto de aparición con “El cielo puede esperar”, seguida de “Vacaciones permanentes”, potentes pero no como las el público, que llenó de amor a la banda que no tocaron ni tres canciones para que agradecieran tal recibimiento y le tomaran fotos al público tan complaciente; cervezas voladoras, porras de fútbol argentino y, por casi dos horas y más de una veintena de canciones, todo fue una monstruosa celebración.

Un teclado y una guitarra extra para acompañar a la banda, que sonó precisa e inclusive a la voz de Luciano cuando tocó el turno de “San Fermín” y “Antihumano” se escuchó como pocas veces lo había hecho en nuestro país, y vaya, la versatilidad de la banda en sonido a veces no permitiría un pit constante como con 2 Minutos o Boom Boom Kid, ya de repente la banda suelta “Gil”, pero se viene “El Jorobadito” y luego estallan con “Caminando por el microcentro” y cambian a “Éxodo Ska”, pero bueno, después del desplante de violencia cerca del cierre parece que hacen esto a propósito, sería demasiado para algunos que deambulan en sus shows.

El momento de mierda llegó justo en el tema de ‘unidad y fraternidad’ y es que para ‘Donde las águilas se atreven’, se desataron no una sino dos escaramuzas que sí han tenido suficientes años de ir a conciertos, no solo de Punk sino en general, es inevitable ver a dos idiotas jalándose las greñas dentro de la gente cuando bien podrían llevar su asunto afuera, pero el verdadero espectáculo de lo grotesco llega cuando las “barras” se “unen”, y tienen a una sola persona en el piso siendo pisoteado en la cabeza una y otra vez. Yo estaba ahí, lo vi venir y el escalofriante momento de gente saliendo de la nada sólo para masacrar a un herido y al encenderse las luces huyen como cucarachas de una linterna, el resultado fue un inconsciente en un charco de sangre. Posiblemente el momento más amargo en mi vida de conciertos.

“¿Qué carajos te pasa? ¡Son diez contra uno! ¡La concha de tu madre” gritó Luciano parando la canción a medio acabar, con todo y Tr3s de Corazón sobre escena como testigo del declive de la noche, “¿Qué estás mal de tu cabeza? ¿Diez contra uno?” y lo peor fue que el tío que quitó su zapato de la cabeza del noqueado le grita de vuelta “Estás en México, eh. ¿Quieres pelea? Bájate…” ¡Vaya público de mierda! Te regaña la banda por abusivo y le echas pleito también, a quienes (posiblemente) pagaste por ver ¡En serio! Mierda en la cabeza y nada más, ¿qué escucharán en las letras? ¿qué entienden por Punk Rock? ¿qué tan necesario es eso?

No hace falta tomar ejemplos infames como Doom en Chile, o Callejeros en el Cromañón, sino que es una jodida lástima que tengamos que recaer en “¿Pues qué esperabas? Así son esos shows”, ¿pero por qué jodidos tienen que ser así? Ah, porque no acaba esto ahí, había gente afuera que quiso sobornar al de seguridad que, sabiendo que podría perder su empleo, se negó y fue correspondido con botellazos y un intento de portazo que no pasó de una puerta de vidrio rota y OTRA pelea callejera.

La pelea se deshizo, los culpables se mezclaron entre la gente mientras se quitaban la sangre con la playera o con las manos, la banda tocó por tocar, vámonos con “No me arrepiento de este amor”, y a ver sí regresamos a México algún día; la vida es difícil, eso lo sabemos todos pero ¿por qué hacerla más difícil aún cuando se supone que ahí es donde vas a divertirte? Dónde hay gente como tu, donde te espera una catarsis que no puedes encontrar en ningún otro lado… bien dice el tema, “Lo de siempre, lo normal… todo gris”.