Foto Óscar Villanueva
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Hay un himno para cada final
Por Chulo Castizo
Para Vetusta Morla, la Ciudad de México supuso un antes y un después en su historia reciente, ese umbral que han traspasado, y del que Pucho tanto habló en el show de anoche en El Plaza Condesa. Esta historia de amor con la Ciudad va hermanada a los nueve años que ya han transcurrido desde su primera visita, estableciendo así la rampa de lanzamiento, en ésta, su nueva etapa, como si aquel salto mortal tuviera ya un claro dictamen.
Con una base de fans establecida, la resonancia de este nuevo disco les concede una continuidad y una seguridad de que las nuevas canciones tendrán por siempre seducidos a sus seguidores mexicanos, porque la virtud de su show, de sonar en vivo a cómo suena grabado es tan perfeccionista, como a la hora de ejecutarla, contundente desde el inicio y que ensalza su ya definida propuesta.
Pasadas las nueve de la noche, y con la sala ávida, ansiosa, y entregada, dieron inicio con el tema que cierra el disco, y del que toma su título, “Mismo Sitio, Distinto Lugar”, deliciosa balada con instantes sobrecogedores, seguidas por “Deséame suerte” y “El discurso del Rey”, y que fueron intercaladas por bloques configurados por temas de sus anteriores discos, La Deriva, Mapas y Un día en el Mundo, un ensamble repleto de variantes anímicas.
En un tono íntimo propiciado por un estudiado y perfecto efecto de luces, sonó “Maldita Dulzura”, que maravilló de igual manera que “Cuarteles de invierno”, sin embargo, con los redobles de “Golpe Maestro” se dió paso a un baile apasionado, y el suelo de El Plaza se amedrentó y tembló.
Hacen gala del dicho “De buen nacido es ser agradecido”, y corresponden en esencia a otorgar la importancia a su público desde su posición, de encarar un espectáculo siendo respetuosos, y sencillos, con muestras y detalles nada usuales en la farándula en donde reina lo altanero, y petulante.
Sabiendo entonar un “hasta aquí hemos llegado por vosotros “, agradecieron en al menos tres ocasiones su apoyo, regalando muestras de cariño hacia la ciudad que definen como su segundo hogar, y lo hicieron extensivo en la interpretación alterando letras vinculándolas al ya extinto DF.
La saliva de tanta turbación llegó en el hemisferio del show, con una de las nuevas canciones que más ansiaba escuchar en vivo, “La vieja Escuela”, de sentimiento mood retro nostálgico, que inicia suave con un piano y una batería, a la que se suman guitarras en un in crescendo acompañado de unos coros fantasmagóricos.
No podían dejar a nadie indiferente “23 de junio”, “Punto sin retorno”, “La Deriva”,”Los días raros”… o la aclamada “Consejo de Sabios”, sencillamente geniales, y que junto al single de presentación “Te lo digo a tí”, sonó como contrapunto, vertiginosa y salvaje.
El frenesí duró dos horas, con Pucho cual Mick Jagger, sí, podrá parecer desmesurado, tal vez, pero lo cierto, es que ya tenemos un animal de escenario, España ya tiene su Mick Jagger.
Por supuesto que Vetusta Morla tiene detractores, y si esta noche hubo alguno en la sala quedaría prendado del sexteto madrileño, porque algo innegable es que el repertorio y su puesta en escena es consistente, vital y hermoso, un paseo por el dolor, el llanto y la alegría.
