Foto Óscar Villanueva
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Por Lecce
NOTA: Esta reseña se lee mejor si usted pone el setlist que la anexamos aquí:
Islandia es muy lejos, es un cliché “indescifrable” hasta que lo conoces (que btw no lo conozco). Un lugar donde se me antojaría no tener celular, no tener contacto con nadie, un reto a mi capacidad de estar sólo.
La música nórdica, en especial la islandesa y noruega, tiene un alegría nostálgica, cuenta con guiños de navegar por profunda obscuridad pero como flotando, como yendo a una luz al final del trayecto (sí, esa luz puede ser una aurora boreal). Así fue el concierto de Ólafur Arnalds.
Lo de anoche fue muy bello. Un recital donde nadie que tuviera gusto de la música del islandés faltaría. Tres violines, un chelo, una batería y un piano, eso sonó a lo largo de la noche. Sin contar dos pianos en las laterales del cual solo fue utilizado uno por cuestiones técnicas que también retrasaron el ingreso a la sala por parte del público.
Ólafur Arnalds tiene una dinámica muy sencilla y transparente con su audiencia, él es solo un genio más que deja que su música exprese más que su timidez y sarcasmos al hablar.
El concierto inició con una grande del Island Songs: “Árbakkin“. A pesar de que ese disco cuenta con vocales, y como es costumbre, Ólafur las omite en sus presentaciones en vivo.
La gira venía abanderada por el re:member, por lo cual sus canciones fueron el principal protagonista de la noche. Mención aparte al diseño de iluminación. Brutal la forma de hacer que “simples” lámparas LED a 7588 KM, o mejor aún, a la incertidumbre del sentimiento que nos puede generar cada una de las piezas del nativo de Mosfellsbær.
Cualquier cosa que les diga le puede quedar corta. La sensación de paz pero sobre todo transportación mental-espiritual que tuvimos anoche fue sublime.
A este momento mi mención honorífica iba para “Only The Winds“, “re:member“, “Unfold“, “3326” (favorita personal) e “Ypsillon“. Créanme que me quedo corto pero esto es una reseña, no un copy-paste del setlist.
“nyepi” es una canción que Ólafur Arnalds compuso en Indonesia. Nyepi significa Día de Silencio, ese día (generalmente celebrado en marzo) es un día de reflexión personal, 24 horas de alejarse todo: luz, trabajo, viajes, etc. Para esta canción justo eso tenía. Pila nula de celular, luz muy muy baja, y un ejercicio musical que me llevaba a una linda, muy linda introspección.
El encore fue predeciblemente inesperado, más para aun día como el que tuve ayer y un mes como el que he tenido; momentos de decir adios y dejar ir. Momento sonorizado por Lag Fyrir Ömmu.
Ayer tuve una alegría nostálgica, que contó con guiños de navegar por profunda obscuridad pero como flotando, como yendo a una luz al final del trayecto. Espero así sea su 2019 también.
