Foals @ Vive Latino 2019

Foto Alejandro Meléndez @alexmelom

Foto Alejandro Meléndez @alexmelom

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Por Aarón Cortés

Apenas ha pasado una semana del estreno de la primera parte de Everything Not Saved Will Be Lost, el nuevo álbum de Foals que ya se colocó como el más vendido en Reino Unido los últimos días. Esto disparó el hype por los cielos, pues la primera parada del tour mundial fue en los XX años del Vive Latino.

Sin importar el poco tiempo que tendrían en escenario, mucha gente se esperó desde Bomba Estereo para estar lo más adelante posible. De hecho, el rango de edad era muy variado, dado que la mayoría de los asistentes de este festival pertenecían a un par de generaciones pasadas.

Yannis Philippakis apareció en el escenario usando la ya “tradicional” chamarra de “Mexico Is The Shit”, para comenzar con “On The Luna”. Uno de los sencillos más destacados de su quinto álbum, que nos quedó a deber en cuanto a su ejecución, comenzando con el bajo nivel de volumen con el que se presentó la banda (problema que fue resuelto en el siguiente track). La gente tampoco aportó mucho de su parte, ya que aunque este fuera el inicio del concierto, estuvieron muy apagados.

Hablando del nuevo álbum, las escasas 11 canciones que formaron el setlist, sólo nos permitieron escuchar cuatro de ellas: “On The Luna”, “In Degrees”, “Sunday” y “White Onions”. “Exits”, que fue el primer sencillo promocional, quedó fuera.

Además de lo ya mencionado con “On The Luna”, “In Degrees” también sonó diferente a lo esperado. Una de las canciones más destacadas de Everything Not Saved Will Be Lost, que prometía poner el ambiente de fiesta con esos coros pegajosos, careció de consistencia y ánimos por parte de la banda. Durante varias ocasiones la dualidad entre músico y espectador no lograba hacerse presente, y esta fue una de ellas. Desperdiciando así una de las mejores propuestas para esta gira.

“Sunday”, por otra parte, sonó mucho mejor que su versión de estudio y nos dejó apreciar aún mejor esa gran variedad de timbres que conforman su cierre. “White Onions” se unió a “Inhaler” y “What Went Down”, en la mejor parte del show llena de guiarrazos y gritos que muestran ese salvajismo que de vez en cuando se oculta en notas suaves, marcando un contraste entre las dos caras de Foals.

Jeremy Pritchard, bajista de Everything Everything que trabajará con Foals durante este tour, se hizo presente en la calidad de bajeo en “Inhaler”, compensando la extraña forma en la que Yanis gusta de apresurar el coro (la parte donde grita “space”) y sonar a destiempo con el resto de los músicos.

Estos errores de coordinación también se notaron el cierre con “Two Steps Twice”, donde el vocalista dudó mucho antes de arrojarse a la gente (aunque después se arrepintió y regresó casi de inmediato al escenario, al ver que la masa de personas lo deseaba tanto), y prolongaba las transiciones entre versos.

Nos quedamos con ganas de escuchar algunos hits como “Red Socks Pugie” y “Late Night”, que definitivamente brillaron por su ausencia. El gran problema del setlist fue la forma en la que se presentó el nuevo álbum, ocasionando mejor respuesta hacia “Spanish Sahara” y “Mountain at My Gates” (¿acaso no es eso lo que pasa en casi todos los conciertos).

A pesar de los altibajos y fallas poco notorias entre la emoción (unas notas perdidas en el teclado de “My Number”), Foals arrancó esta gira con toda la energía posible y lograron mantenerse de pie con la frente en alto. Dejando de lado los peros y la negatividad, su presentación se disfrutó bastante entre el caos y los empujones de aquellos que ansiaban con estar un poco más cerca de sus ídolos.

Tal vez sólo tengamos que esperar pacientemente a que Everything Not Saved Will Be Lost madure un poco entre los fans, y la oportunidad de disfrutar los complementos de sus otros materiales en un set completo. Por ahora creemos que esta fue sólo una pequeña probadita de lo que el resto del mundo verá durante los próximos meses, de la que Foals puede aprender para futuras ocasiones.