RPM: 35 años de Rain Dogs de Tom Waits

September 24, 2020

Tom Waits Rain Dogs

I’m on the corner in the pouring rain:
35 años de Rain Dogs de Tom Waits

Por Ernesto Acosta Sandoval @erniesandoval_

El cambio de Tom Waits fue tan gradual que nadie se dio cuenta. Pasó de ser un vocalista de Blues y Jazz, con una voz peculiar, pero hasta cierto punto un poco convencional, a un experimentador desbocado en el transcurso de unos años sin muchos aspavientos. Y sin embargo, el momento de su carrera en el que se puede poner la marca del antes y después llegó en 1985 cuando grabó y lanzó Rain Dogs. Y, curiosamente, Waits considera a éste, su noveno álbum, el punto central de una trilogía conformada por Swordfishtrombones (1983) y Franks Wild Years (1987). Los tres álbumes rebosan creatividad, un sonido inusual e inclasificable, letras oscuras con tintes de humor muy negro, e instrumentaciones imposibles de identificar. Pero Rain Dogs más que los otros dos.



Waits compuso Rain Dogs enclaustrado en un pequeño departamento en la parte baja de Manhattan. Un lugar en el que, según él, sólo se escuchaba el agua correr por las tuberías. Cada tanto salía y grababa los sonidos de la ciudad y a partir de ahí trabajaba en las canciones. El tema del álbum es precisamente eso, lo orgánico de la ciudad y el ir y venir de los personajes extraños que habitaban en su mente en ese momento (y que, en cierto modo, nunca lo han abandonado). Waits, además, se apoya en sonidos percusivos que hace propios, como si el cajón que golpea con fuerza se convirtiera en una extensión de su corazón (“Cemetery Polka”). Imposible de describir si no se ha escuchado. Marc Ribot, su guitarrista de confianza y con quien comenzó a trabajar aquí, relata que las instrucciones de Waits eran tan vagas como “Toca como si estuvieras en el bar mitzvah de un enano”. De algún modo, tiene sentido y el resultado es algo tan rico y complicado como “Jockey Full Of Bourbon” o “Tango Till They Sore”. Keith Richards también participa como invitado en “Big Black Mariah”, “Union Square” y “Blind Love”. Ambos músicos se entendieron a la perfección cuando Waits le dijo que quería lograr “un sonido animal”. En estas 19 canciones está el sonido de los desposeídos, de los que habitan una ciudad pero nadie los ve. Rain Dogs es el soundtrack para una tarde sin sol, justo cuando la noche empieza a caer y comienza la incertidumbre. Waits abandona la melodía para abrazar algo más primordial, más salvaje, menos seguro. Su voz, rasposa en “Singapur”, pero dulce en “Time”, es lo único a lo que tenemos que aferrarnos

Una de las razones por las que Rain Dogs destaca de la manera en la que lo hace es por salirse del sonido imperante en la época. Muchos de sus contemporáneos optaron por alinearse a la corriente del mainstream de MTV con sintetizadores, neón y baterías sobreproducidas. Waits sabía que debajo de eso había algo más rico, más desconcertante, pero más gratificante. Waits tenía razón.

Post escrito por: Ernesto Acosta

Post Relacionados