Simple Plan + Papa Roach @ Pepsi Center WTC

Lo siento, sigo sin ser perfecto

Por Alejando Ramírez @le_fraktal

“I’d do anything just to hold you in my arms”, a modo de mantra por el reencuentro ante la música en vivo, esa que tanto nos faltaba, esa que hemos estado recuperando en los días previos y que ha regresado, más que a alterar con el cansancio de un festival o la indecisión por asistir a algún evento que acontece el mismo día, a beneficiar nuestra vida después de un largo encierro.

Y la nueva normalidad conlleva a los viejos vicios: el tráfico infernal que impide llegar a tiempo, el clima que se siente especialmente caluroso, el cambio de horario que alteró nuestro ciclo de sueño. “Shut up!”, nada de lo que digas me va a bajonear como dice este coro porque Simple Plan parece apenas haber estrenado esta canción.

Pierre Bouvier como fantasía Pop Punk adolescente si preferías los tatuajes en vez de las boybands, el crush permanente de la chica que hace años colgaba sus pósters en la pared, y que ahora sigue gritando a su ídolo a distancia, mientras su esposo sostiene un hot dog y su hijo sentado en el suelo juega con un teléfono celular. Puede cambiar tu vida pero no tu amor por esos músicos que te siguen diciendo tanto.

“Addicted”, a la música en vivo y a la cerveza cara que ahora sí podemos pagar hasta con tarjeta, adictos a las bermudas y los Vans, al mechón rosa que hace que la recepcionista de tu oficina te mire con extrañeza, a portar la playera de tu banda favorita que tal vez hace años no te quedaba tan ajustada. Pero en el Pepsi Center nadie juzga y todos disfrutan a su modo. “Your Love is a Lie”, porque de rompernos el corazón y reunificar sus piezas es de lo que hemos sobrevivido.

“Welcome to My Life”, por lo que vendrá después de haber ganado la batalla contra un virus, “The Antidote”: la tónica que tanto nos salva, “Take My Hand”, porque tal vez la pareja que ahora se abraza se conoció hace años en un show de la banda y no se han soltado desde entonces, “Where I Belong”, es lo que tal vez piensa la chica que canta con su grupo de amigas que han dejado muy atrás los tiempos escolares pero no los Converse.

“Perfect” como ideal despedida, esa canción que en su momento era muy adecuada en nuestro sentir con nuestros padres que pensaban que no éramos normales al encontrar nuestra propia identidad: el look y la desaprobación, los límites de horario o los permisos denegados, el esfuerzo por ser los mejores hijos y fallar irremediablemente en una materia en la escuela. Y ahora tal vez alguno de esos padres ya no está y no tuvimos oportunidad de decirle que era nuestro héroe, o nunca dejó de ser el villano, o ahora tú eres el padre y entiendes de diferente forma lo que Simple Plan quiso decir con este himno. Los años pasan y la música sigue hablando de nosotros mismos.

Un interludio con DJ Emo Nite soltando tracks que muchos seguramente bajaron de Ares o Limewire, o que alguien les compartió por mIRC o ICQ, tracks de las bandas que stalkeabas en Myspace y que tocabas en tu Winamp, Discman de MP3, iPod o Net-Md, los tonos que traficabas en tu Sony Ericcson walkman vía bluetooth. Y así System of a Down, Blink 182 y My Chemical Romance nos devolvieron a aquellos tiempos donde los emos eran ridículamente perseguidos por ser como querían ser. Qué hay de Punk en no dejar vivir y juzgar.

“Kill the Noise”, Papa Roach mostrando su nuevo sonido, “Between Angels and Insects” para arrastrarnos a aquellos tiempos cuando el nu-metal dominaba al mundo y este video on repeat en MTV animaba nuestras noches de insomnio en las vacaciones escolares. Un cover a “Song 2” de Blur, y “Blood Brothers”, como bien mencionó Coby Dick, en honor a todos aquellos que escuchaban esta canción jugando Tony Hawk Pro Skater 2, me incluyo, de nuevo un viaje en el tiempo gracias a la música y los videojuegos, de esas pocas cosas que aún nos desconectan de la realidad de mierda y nos mantienen con ánimo de seguir adelante a pesar de tanta deuda, ansiedad e incertidumbre.

“Born With Nothing, Die With Everything”, adulto independiente con gustos bien dementes, “Face Everything and Rise”, porque Papa Roach encontró en sus experiencias personales la forma de aconsejarnos e inspirarnos, “Scars”, porque las experiencias dolorosas nos marcan y nos hacen aprender y resistir, “Dead Cell” y de nueva cuenta la magia que evocaba el girar de aquel CD una y otra vez, el Rap Core, los riffs al aire, el mosh-pit con cuidado de no lastimarse, porque ahora nos duele más la espalda.

“Cut my life into pieces, this is my last resort”, el grito que tanto se guardó, la euforia que tanto nos faltaba, la energía que no permea a pesar de las responsabilidades, que importa que sea lunes y que mañana tengamos que volver a la oficina a seguir usando Zoom, que valga la pena el esfuerzo por haber pagado el boleto, la cerveza y la cena, ahora que podemos disfrutemos, pero sigamos siendo aquellos inconformes y sensatos, los que seguimos aferrados a sobrevivir gracias a la música en vivo que tanto extrañábamos.

“Born for Greatness”, y así Papa Roach demostró su calidad sonora e ímpetu por seguir desarrollando su historia ahora al mando de su nuevo sello discográfico. Noche de nostalgia y fan service, de volver a la normalidad y sus penurias, de reencontrarnos con viejos amigos y nuevos modos, pero con la música siempre como aliciente, pretexto, causa y efecto.