El impecable performance de Omar Apollo en el Auditorio BB

June 1, 2022

Omar Apollo

Omar Apollo mexico

Foto Eduardo Lara @lalolarete

Omar Apollo mexico

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Omar Apollo mexico

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Omar Apollo mexico

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Omar Apollo mexico

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Omar Apollo mexico

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Omar Apollo mexico

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Niko Rubio

Niko Rubio

Foto Eduardo Lara @lalolarete

Niko Rubio

Foto Eduardo Lara @lalolarete

El impecable performance de Omar Apollo
en el Auditorio BB

Por Aarón Cortés @acorsaint

Han pasado ya tres años de la última visita de Omar Apollo a nuestro país, tiempo suficiente para sacarlo de la lista de “actos promesa conocer”, ahora consolidado como uno de los artistas alternativos más relevantes de esta generación. Desde sus colaboraciones con Joji, Kali Uchis, C. Tangana, etc, hasta el lanzamiento de sus dos álbumes más importantes; es obvio que había mucho para ponernos al corriente en su performance y gracias a esto eligió a la Ciudad de México como la última sede de este tour.



De entrada tenemos que destacar el impecable trabajo de los ingenieros de sonido que mantuvieron bien ecualizado cada instrumento y salida de audio del recinto, regalándonos una experiencia bastante agradable que daba la impresión que escuchábamos a Omar Apollo con audífonos de alta fidelidad. Esto permitió disfrutar los falsetos, la versatilidad de cada tema con estilos como Indie, Corridos y Trap; y que todos tuvieran la oportunidad de brillar por igual.

Los músicos de escenario también se mantuvieron a la altura de la presentación con una excelente ejecución instrumental, bastante suave que conectó y aterrizó muy bien los diferentes géneros entre álbumes sin perder la línea del show, ya que se siente bastante natural la forma la forma de intercalarlos. Y no podemos dejar de lado la increíble técnica de Omar Apollo en la guitarra (en su mayoría finger picking), presumiéndonos que no es necesario atascar las canciones de solos innecesarios para sacarle el máximo provecho al instrumento.

Es curioso que de no ser porque el cantante nos recordaba de vez en cuando que este fue el último show, no nos hubiéramos dado cuenta que lo era, pues con tremenda energía que se carga en el escenario pareciera que cada concierto se siente como el primero. Durante casi hora y media (tiempo suficiente para interpretar 22 canciones) intercambió guitarras, saltó y bailó de un lado al otro del escenario (e incluso entre el público) y todo mientras mantenía una sonrisa en el rostro para alentar a la gente a que cantara con él, tan fuerte como para que no se escuchara su propia voz.

La comunicación con el público fue en su mayoría en español, pues pese a que el inglés es su lengua primaria, ha practicado bastante gracias a canciones como “El Olvido”, “Dos Uno Nueve” y “Frío”, que reafirmaron la conexión con México y resaltaron su esencia latina como nunca.

En definitiva este concierto fue el ejemplo perfecto de cuando una banda sabe trasladar la producción digital a un escenario, como un impulso para renovarlas y hacer que la versión en vivo suene igual e incluso mejor que las versiones de estudio. A pesar de que la multitud pudo ser más grande, todos los presentes compartieron el mismo entusiasmo de principio a fin, incluyendo el show de la telonera Niko Rubio, quien estuvo presente como artista invitada durante todo el tour y apareció en el escenario para el brindis del gran cierre.

El encore constó únicamente de la canción “Go Away” y una breve repetición de “Tamagotchi” (que había sido interpretada un par de minutos antes) para dar un gran final lleno de adrenalina y el agradecimiento de Omar Apollo mientras se ondeaba la bandera de México en una celebración entre amigos, donde la audiencia también formó parte.

Tal vez la única cosa que impidió a este show ser perfecto, fue que el concepto inicial que nos vendieron fue el de “La heterosexualidad debe ser curada”, que solo formó parte de la promo y no recibió mención alguna al tratarse de un show normal de Omar Apollo. Solo hubo una pequeña dedicatoria a toda la comunidad LGBT presente y una dedicatoria de canción; y aunque esto no demerita que hubo un espacio para la inclusión en el recinto, nos hubiera gustado que explotaran esa idea al máximo para crear una experiencia única.

Lo cierto es que Omar Apollo se encuentra en un constante ascenso y la calidad que se maneja en sus shows, es algo que vale la pena ver al menos una vez en la vida. No podemos esperar a ver cuáles serán sus siguientes pasos y que los comparta también en los escenarios mexicanos.

Mientras tanto podemos decirles que el hype vale la pena en su totalidad con un show lleno de constantes que tienen coherencia entre sí, donde el tiempo transcurre de la mejor forma posible sin estancarlo en arreglos exagerados e innecesarios. A sus 25 años este músico sabe cómo dar un concierto digno de admirarse sin importar que se encuentre en un espacio pequeño o un festival masivo como Coachella, dejando un gran ejemplo a seguir para la siguiente generación de bandas como un referente fresco y actual.

Post escrito por: Aaron Cortes

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