Reseña: Shakira: Bzpr Music Sessions, vol. 53.

January 12, 2023

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Shakira: Bzpr Music Sessions, vol. 53

Por Eduardo Lara @lalolarete

Soy un fan de los hits. Si una canción cantada, bailada, gozada por millones de personas me causa una admiración gigantesca. Pero por esta misma razón, siento que cada éxito debe ser revisado con lupa y darnos cuenta si las audiencias están recibiendo algo de calidad.



Bizarrap pasó de ser un productor argentino que mucho tiempo trabajó con Duki y mantener cierto perfil bajo, a ser una de las figuras que más se espera música nueva de él gracias a sus sesiones musicales. Invitando principalmente a artistas de Trap y Rap a que compusieran una lírica para sus beats que componía. Pero todo cambió con su sesión con Residente. En medio de una tiradera con J Balvin saldría esta sesión cuyo único objetivo era echarle más lumbre al conflicto, y más que hype por la música en sí, la emoción y atención se volteó hacia el chisme. Sacaría después otras sesiones, unas muy buenas como la de Villano Antillano. Pero de nuevo su carrera daría un giro radical al lanzar su sesión con Quevedo. La voz grave de Quevedo se ajustó perfectamente a la base EDM, con aires aspiracionales de Ibiza, que el Biza puso. La canción fue otro nivel de exitosa, en cada antro o fiesta en intervalos de quince minutos, o menos, escuchabas una y otra vez hasta el cansancio el “Queeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeedateeeeeeeeeeeeeeeeeee”.

Pero bueno, es 2023. Y la primera sorpresa del año fue que la nueva sesión de Bizarrap sería con Shakira. A primera vista esto puede ser algo extraño, pero viendo el mayor panorama tenía sentido pensando que los últimos dos singles de Shakira fue con Rauw Alejandro y Ozuna (ambos de desamor). Y aquí regresaron los flashbacks mediocres de la sesión con Residente: se viene buen chisme. Y el hype de Quevedo igual regresó: chisme bailable y coreable. Y pues sí, creo que la mejor forma de describir esta sesión de Bizarrap pensándola como si metiéramos en la licuadora esas dos sesiones ya mencionadas.

No hate a Shakira, la verdad. Ella hace sus versos y coros bastante bien, sigue teniendo una voz increíble (aunque sus indirectas súper directas se vuelven tediosas); y criticarla por capitalizar su desamor sería como quitarle a Bob Dylan su premio Nobel de literatura porque pues gran número de sus canciones hacen lo mismo (desde una de tantas interpretaciones a sus letras claro está).
En conclusión, Bizarrap entró a una zona de confort súper cómoda para él y sus beats cada vez se vuelven más mediocres, fáciles de bailar y corear. Pero bien por Shaki a quien queremos mucho. Good for her.

Post escrito por: Eduardo Lara

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