Peso Pluma @ Palacio de los Deportes:
El Éxodo y el primer show de arena en CDMX
Por Ángel Rentería
Un poco raro pasar de tocar en el Foro Sol, a decidir tocar en el vecino Palacio de los Deportes; un venue que es un tercio en tamaño y capacidad: de más de 60 mil personas, a unas 20 mil personas por noche. Uno pensaría que tal vez Peso Pluma, promotores y equipos se dieron cuenta que costó un poco de trabajo vender el Foro Sol en primer lugar, y por eso pasar a una versión más pequeña. Pero luego me viene a la mente las imágenes del Éxodo Tour por Estados Unidos, donde comenzó esto, donde Peso Pluma se ha presentado principalmente en arenas. Veo el mapa de Ticketmaster para comprar boletos y me digo “¿será? ¿Será que Peso Pluma traerá un formato imposible a México porque en México simplemente no hay arenas?”
Y con esa duda en mente llegamos al Palacio de los Deportes el 18 de septiembre. Cuando me siento en las gradas los veo y en efecto, convirtió uno de los recintos más viejos de la ciudad en una arena estilo Texas o California donde la infraestructura del lugar permite shows de este tipo: 360 grados, con una plataforma elevada para pantallas y luces, y la libertad que permite estar en medio de todos de hacer un escenario que va más allá de un rectángulo con bocinas en el fondo.
Uno piensa: “Bueno, sí tenemos una arena en la Ciudad de México, la Arena Ciudad de México” pero acá vemos un par de problemas. Primero no es operada por OCESA, dejando eso de lado, su zona de pista, el nivel de piso o cancha, no es lo suficiente grande para tener de forma segura un escenario y público al mismo tiempo. Este tipo de shows son principalmente usados por actos de Rap y Hip Hop, los cuales son las grandes inspiraciones para esta generación de artistas mexicanos del Regional. Kanye West, Jay-Z, Travis Scott, todos ellos son veteranos de estos tipos de show. Poco a poco los latinos los hemos adoptado, donde Bad Bunny saltó de una gira de estadios por USA para acomodarse a las arenas también. Fuerza Regida son otros exponentes del Regional que son fans de este formato de shows. Pero es interesante pensar como de cierta forma puede que tal vez recuerde al palenque…
El éxodo es una migración, usualmente masiva, hacia un nuevo lugar. A veces como ser expulsado. Pero como núcleo está el cambio. Lo nuevo. Y es así como Peso Pluma lo toma para su último disco, Éxodo, donde esta salida forzada lo ve como una oportunidad para dejar entrar lo nuevo, y con ello experimentar emociones, sentires, que no se pueden sentir sin el moverse. Y es así como ahora Peso Pluma llevo algo que era muy local, los corridos especialmente en el noroeste de México, a lo global. Con dos sold outs en el Palacio de los Deportes. Migró el género hacia la globalización, y lo comenzó a mezclar con otros sonidos, con sus propias influencias, que como mencioné antes, son angloparlantes y con otros ritmos. El Rap al centro, pero también con la sazón y tropicalidad del Reggaetón de Puerto Rico y Colombia, tocando sus canciones que tiene con Ryan Castro o Karol G. Y experimentando con otros lugares menos esperado como el Dembow desde República Dominicana, con el escenario todo rojo y El Alfa sonando en las bocinas.
Pero volviendo a su génesis, nombre de su primer disco y lo que lo trajo acá: los corridos, Peso Pluma es uno de los mejores a la hora de hacerlos. Ya sea con corridos bélicos narrando historias de criminales, y un poco incomodo ver a una arena gritar el nombre de un narcotraficante famoso, pasando por momentos de autorreflexión y superación personal sobre la vida de lujos, pero los altibajos de tenerlas. Es así como escuchamos canciones como “Rosa Pastel”, “14-14” (referencia al éxodo de la Biblia), “El Azul”, y las canciones que lo llevaron a las estrellas: “PRC” y “AMG”. Pero también hubo momentos para los enamorados, y los que sufren por amor, dentro de los corridos. Como con “Luna”, “Bipolar”, o esa balada que parece que dentro de unos años, sino es que ya, será una favorita para el vals de quince años: “Lagunas”.
Y en una economía musical donde las colaboraciones son la base que mueve a la industria, vimos una pequeña lluvia de invitados. La mayoría nacionales donde la participación de Netón Vega, Jasiel Nuñez, Yng Lvcas, y Kenia Os brillaron en lo nacional. Cada uno con su estilo, ya sea en el Regional o el amplio margen que llamamos “urbano”. Pero el momento de mayor hype y emoción fue cuando Tito Double P, uno de sus primer compositores, ahora también cantante y primo de la doble P, salió como invitado. Y es que su energía en el escenario donde básicamente es ver una caricatura de Looney Tunes corriendo mientras canta corridos, es una incomparable. Finalmente, el invitado que causó mayor sorpresa su nada más y nada menos que Lil Baby: natal de Atlanta donde raperos y figuras de la zona como Young Thug, o Future lo vieron crecer, y que hace cero corridos, apareció no para cantar canciones junto a Peso Pluma, sino que en realidad dio un pequeño set de tres canciones propias con todo el escenario para él; esto es lo más cercano que hemos vivido de un concierto de rap de vanguardia en México.
Hay varios comentarios que hacer sobre Peso Pluma, no todo es positivo y vale la pena la autorreflexión sobre como Peso Pluma entró a escena cuando los Corridos Tumbados ya tenían cierta aceptación, y al ser de una familia con dinero pues su camino fue básicamente vía libre para su crecimiento. Es como cierta “gentrificación del género”, pero no podemos tampoco negar que estos mismos privilegios los ha usado para el bien del mismo, pasándolo de palenques, a arenas. Un éxodo cultural.