Por C. Hadad (@HadadDosDos) /// Fotos: BigIdeas (OzCorp)
En la vida hay momentos que suceden en un lugar al que vamos sólo una vez y sin importar que haya sido por poco tiempo nos marcaron con un gran recuerdo. En el 2011, como parte del cartel del Corona Capital, vino por primera vez el grupo inglés Wild Beasts, quienes se sorprendieron de la calurosa y numerosa bienvenida que tuvieron al ver cómo eran coreadas sus canciones en un país alejado físicamente de ellos. Tres años después –que parecieron muy largos– regresaron al Plaza Condesa, siendo el lugar más idóneo para albergar sus melodías finas.
Todo indicaba que no sería una noche con un sold out, pero si una muy especial. Con un foro aproximadamente a la mitad de su capacidad y con un ligero retraso por problemas con el cableado fue como se apagaron las luces y sólo quedaron unas a modo de rayos azules mientras iban saliendo los músicos recibidos por gritos con sentimiento. Una reverencia pequeña y sonrisa por parte de los ingleses fue como comenzaron los acordes nostálgicos y suaves de “Reach A Bit Further” acompañados de los bongos de la batería lo que provocaban en Hayden (vocalista, bajista y guitarrista) su característico contoneo con sus piernas; mientras que Tom (voz, bajo, guitarra) miraba con gran atención a todas las personas que se encontraban en primera fila, quienes eran los primeros testigos del gran juego de voces que hacen estos cantantes, uno agudo y otro grave respectivamente, al igual de la complicidad que habían entre Ben (guitarra y teclados) y los otros dos, mientras que Chris se concentraba en su batería.
Así continuó “Mecca”, tema nuevo que no tuvo una respuesta muy grande, debido a esto Tom miraba la reacción de la gente ante los nuevos temas. Con el último rumor del tema Hayden dijo en español: “Buenas noches, ¿cómo estás?” que, aún siendo en español, su voz suena tan cálida como elegante, así como no es de sorprender el vino que tomaba ocasionalmente entre las canciones, haciéndole lucir como esos ingleses refinados que salían en películas clásicas. Así fue como dio paso a otro tema nuevo, “Sweet Spot”, comenzando con unas guitarras suaves que se complementaban con un coro dulce del vocalista generando una mejor conexión que el tema anterior.
Terminó la tercera canción, los fotógrafos se fueron pero un elemento de seguridad se colocó en el centro arruinando la vista, mientras continuaba “Albatross”.
“Muchas gracias” comenta Tom en español y continua hablando en inglés, “Esto es increíble, realmente gracias. Vamos a tocar bastantes canciones para ustedes. Disfruten del silencio” y en cuanto termina de comentar esto comienzan las alegres melodías de “The Devil’s Crayon”, dónde canta de manera entusiasta siendo acompañado de la misma manera por el público, lo que provocó una sonrisa en él, como una manera de recordar esa lejana visita y porque había sido tan especial. Realmente estaban disfrutando de esa noche.
Y así continuaron los temas que se pueden definir como finos, con un bajeo elegante y no estruendoso –incluso en las canciones dónde más tiene presencia como “Hooting & Howling”– o llegar a olvidar que en “Loop The Loop” no tenía que tocarlo. Hayden aprendiendo a decir “Salud” en español y Tom disculparse por no hablar español.
La primera parte terminó con “A Dog’s Life” y una bandera de México con dedicatoria, y para el encore se tocó el nuevo sencillo “Wanderlust” dónde de nueva cuenta vimos el contoneo del vocalista y con la bandera a modo de capa. La alegría se desbordó con el tema “All The King’s Men” donde de nueva cuenta Tom sonreía ante la respuesta del público; y para aterrizarnos ante tal tema y de quedar embelesados por su música “Lion’s Share” se encargó de dar fin a la velada.
El DF cada vez se convierte en un punto obligado de los grupos extranjeros, por ende, llegan a pasar desapercibidas presentaciones que se pudieron haber convertido en uno de esos grandes momentos que pocos afortunados llegan a vivir.
