Anika @ Pata Negra

Por C. Hadad (@HadadDosDos)
Fotos: BigIdeas (OzCorp)

Algo que caracteriza a nuestro país es el calor y la energía, misma que llega a fascinar tanto extranjeros como mexicanos que se salen del país y lo ven desde otro punto de vista; dichas características llegan a llenar de vida corazones fríos y hacer sonreír a las caras más serias. Una persona que no se pudo resistir a los encantos del país fue la alemana Anika, quien por segunda vez nos visitó en el año (la primera fue en el Nrmal) y, ahora, en más de una ocasión terminó encantando a muchos con su enigmática sonrisa, aunque claro, al principio de su presentación no todo fue un encanto.

Ya no son novedad los conciertos gratuitos en el Pata Negra pero estos no nos dejan de encantar y sorprender. En esta ocasión apostaron por algo distinto de la fiesta que nos tienen acostumbrados, por el Rock Gótico de la alemana quien, cerca de la media noche, subió al escenario con un vestido negro que le llegaba hasta los talones, un saco blanco y en su mano dos cuadernos —era inevitable negar la presencia y la elegancia que le brindaba su país de origen—. Sin ningún tipo de saludo y esperando a que estuviera lista la banda que la acompañaba, la cual estaba conformada por músicos mexicanos, inició la presentación.

Comenzó el lento acompañamiento de la batería que era utilizada por un individuo con una personalidad muy marcada: un pantalón de mezclilla oscuro, playera negra, saco gris con un pin de tamaño considerable con el logo de Batman y gestos que además de marcar sus pómulos entonaban el gusto por su instrumento. Posteriormente se les unió Matin Thulin en la guitarra que era tocada con una baqueta que dejaba que rebotara con cada golpeteo; casi al mismo tiempo comenzó a sonar un bajo que retumbaba de momentos el cual era interpretado por Hugo de Robota; y un teclado que de momentos contaba pasajes tétricos. Una vez encaminados, Anika comenzó a interpretar “Terry”, casi cantando entre dientes pues esa podría decirse que es parte de la esencia de su proyecto, misma que desconocían las personas que habían asistido y claramente demostraban que no eran fieles seguidores de la alemana ya que comenzaron hacer labor de ingenieros de audio al pedir que se le subiera el volumen de la voz y se le bajara al del bajo.

Posiblemente la petición del público sobre el volumen era para que pudieran platicar tranquilamente como lo hicieron durante la segunda canción, la cual era una nueva, tan nueva que Anika, la dulce vocalista, aún no se sabía de memoria la letra por lo que tomó uno de los cuadernos que traía para ir viendo la letra.

Cuando terminó la segunda canción las peticiones del volumen se volvieron hacer presentes pero esta ocasión Anika entre dientes y un poco fuera de micrófono respondió que si no estaban escuchando era porque no dejaban de hablar, lo que no ocultaba su ligera molestia ante el bullicio de los “fans”.

Conforme fue avanzando la presentación la molestia de la vocalista como el bullicio fueron disminuyendo gradualmente, muy por el contrario de lo entrañable que se comenzaba a volver la presentación al aumentar de energía. A la mitad del concierto se presentó otro tema nuevo que incentivaba a que se entrara a un ligero trance para prepararte con lo que vedría. Anika probó el delay de su voz para después interpretar “Masters of War” una canción más rápida de lo que venía presentando así como más intensa por la forma de la voz y el bajeo constante. Para este punto ya se había generado un vínculo entre la banda y el público, mismo que al término de la canción ovacionó con los gritos y aplausos lo que provocó que la cantante se tranquilizara y hasta dedicara una ligera y fugaz sonrisa, posiblemente no está acostumbrada a este tipo de respuesta y que tal vez fuera una de las razones por las que quiso regresar a visitarnos.

Tanta fue la felicidad de Anika como los problemas del audio, que para la canción “Officer Officer” que la cantante bajó del escenario para poder escuchar bien cómo sonaba su voz en las bocinas y, como extra, generar un vínculo más fuerte con lo que sucedía esa noche, aunque parecía una escena curiosa por la poca comunicación visual que había entre la gente que se encontraba a su alrededor y la forma rápida de cantar de Anika que hacía parecer que intentaba comunicarse desesperadamente con ellos y estos ni si quiera notaban su presencia.

Posteriormente siguió “Sadness Licks The Sun” y otra canción nueva, la cual funcionó como el cierre perfecto ya que se podría decir que es la canción más intensa y rápida que se le ha escuchado a ésta chica, ya que gradualmente iba aumentando la velocidad del tempo como de intensidad, sumado a que de nueva cuenta la alemana se bajó por última vez para generar un cierre que no ocultaba que había quedado satisfecha como encariñada por el país, posiblemente no sea la última vez que veamos a Anika por estos lares ya que podría llegarse a comparar como una droga dura: una vez que la pruebas no podrás dejarla de consumir.