The Final Tour: Mötley Crüe @ Arena Ciudad de México

Por Stephanie Rosales @Phananarama
Foto Guillermo Aponte (Zignia Live)

En un mundo tan volátil como en el que vivimos, pocas bandas se pueden dar el lujo de decir que con su música han logrado cambiar la vida de más de una generación de padres e hijos; una de ellas es Mötley Crüe. Después de tres décadas, la banda de Los Ángeles decidió poner punto final a una trayectoria llena de éxitos, drogas, alcohol y mujeres con una gira mundial que prometía revivir viejos tiempos y darnos el show de nuestras vidas.

Con una Arena Ciudad de México a menos del 80% de su capacidad, entre rechiflas comenzaron a escucharse las angelicales voces de los niños que acompañaron a Julie Andrews en la película The Sound of Music interpretando “So Long, Farewell”, preludio de que se acercaba el Apocalipsis.

Por fin, las luces se apagaron, cayó el telón y Mick Mars tomó su guitarra en medio de ensordecedores gritos y ovaciones. Sin más, Nikki Sixx, Tommy Lee y Vince Neil ocuparon sus posiciones para soltar el clásico “Girls, Girls, Girls” acompañados de sus siempre fieles Mötley Chicks, quienes se encargaron de endulzar los coros y sacudir escandalosamente las caderas durante todo el concierto.

Si bien estábamos presenciando el funeral de la banda, no se veía el menor asomo de tristeza en el público que no paraba de tomarse fotos, cantar y agitar el puño mientras una a una sonaban “Wild Side”, “Primal Scream” y “Same Ol’ Situation” aderezadas con estruendosos fuegos artificiales que cimbraron hasta lo más profundo del recinto y que, a juzgar por el rostro de algunos, provocaron un zumbido en los oídos que durará hasta fin de mes.

A lo largo de 34 años, Mötley Crüe se ha encargado de inventar y reinventar la manera de presentar su solo de batería. En esta ocasión, el escenario contaba con una pequeña montaña rusa llamada The Crüecifly que permitía mover el set completo sobre el público para disfrutar de Tommy Lee sentado de cabeza tratando de seguir con sus baquetas remixes de canciones como “Uptown Funk” de Mark Ronson y “Sabotage” de Beastie Boys.

Después de “Saint of Los Angeles” y “Live Wire”, “Dr. Feelgood” se encargó de levantar los ánimos de las miles de personas que se habían reunido esa noche para vivir el último concierto de Mötley Crüe en México. Le siguió “Kickstart My Heart”, para la que se hizo gala de varios kilogramos de pólvora, decenas de lanzallamas, confeti blanco y un par de grúas que levantaron a Nikki Sixx y Vince Neil sobre el eufórico público.

Un pentagrama gigante que ardía en llamas a espaldas de Tommy Lee parecía ser el cierre perfecto de una noche histórica; sin embargo, tras agradecer y despedirse, la banda corrió hacia un pequeño escenario colocado en la consola para colgar el broche de oro a tan especial ocasión.

Con Tommy Lee al piano, Vince Neil comenzó a interpretar una emotiva “Home Sweet Home” mientras en las pantallas aparecían fotografías de los inicios de la banda, pósters y extractos de videos tomados de las miles de presentaciones que ofreció durante todo este tiempo en todo el planeta.

17 canciones, que se fueron como agua entre los dedos, consiguieron satisfacer a algunos, pero dejaron un enorme vacío en otros que al final cayeron en cuenta de que habían visto a su banda favorita por última vez.

Las despedidas no son nada fáciles, sobre todo si son para siempre, pero en definitiva la de anoche fue una de las más enérgicas que se han visto por lo menos en esta ciudad. No queda más que agradecer a Mötley Crüe por tantas canciones, tantos años y los mejores espectáculos que se pueden ver sobre un escenario; nos vemos en el infierno.