Reseña: Primal Scream /// Chaosmosis

March 24, 2016

Primal-Scream-Chaosmosis

Primal Scream
Chaosmosis
Ignition Records
7.1

Por José Marr‏ @JR_Marr
CrazyRhythmsMusic

Cuando Primal Scream volvió en 2013, la gran noticia que acompañaba la llegada de More Light era que Bobby Gillespie había logrado una completa rehabilitación para librarse de todos sus excesos con sustancias, estilo de vida que llevaba desde su paso con The Jesus And Mary Chain allá por los 80s. De forma irónica e increíble, aunque su creador estuviera desintoxicado, la música, el contenido en sí había sido potenciado de diferente forma, de una tan ecléctica y ambiciosa que Primal Scream logró su mejor trabajo desde XTRMNTR en el año 2000 (disco que junto a Screamadelica pelea el podio por la obra maestra de la banda escocesa). Lo que sucede con Chaosmosis es que se percibe como el primer disco donde esa depuración ha repercutido directamente en la música, de tal modo que el compendio, que también hace un repaso a todas las diferentes etapas que ha atravesado Primal Scream a lo largo de casi 30 años de carrera, se siente a grandes rasgos descontaminado de algunas de las mejores cualidades de la banda.

La casi nula conexión temática es un punto que al final termina pesando, no es lo mismo saltar de un punto a otro de álbum a álbum, que de canción a canción. Primal Scream siempre han salido con un disco que nace desde el meollo de la tendencia, pero aportando lo suficiente para proclamarse único; de tal forma que hay años luz de distancia entre Screamadelica y Riot City Blues o Sonic Flower Groove y XTRMNTR. Pero los tracks de Chaosmosis son conexiones dispersas hacia sus otroras venidas a menos. Como de costumbre, las veneraciones hacia Screamadelica ya son obligadas, las chicas de Haim se suman en “Trippin’ on Your Love” para arrojar unos coros bastante frescos, por lo demás, la patente queda bien expuesta desde los tintes Soul, la esencia Madchester y el Calypso. Pero este track 1 yace como un punto y aparte de lo que resta, “(Feeling Like A) Demon Again” representa un cambio drástico hacia el Electro-Synth-Pop precoz de inicios de los 80s, ese que hasta Martin Gore hizo mal en “A Broken Frame” (1982), asunto que se repite con “Carnival of Fools” pero que consuma un buen termino en algo más robusto aunque igual de calmado con “Autumn In Paradise” donde las semejanzas son más bien parecidas con el mejor New Order.

Afortunadamente la producción se ensucia, se congestiona de sonido y se alcanza algo de grandilocuencia controlada en “100% Or Nothing” uno de los mejores momentos del recorrido, es un hervidero de festividad y de autoestima que como el título lo indica, empuja a darlo todo o nada. El dueto con Sky Ferreira en “Where the Light Gets In” con esos sintetizadores y loops se convierte en un acto que recrea los colores de la portada del álbum, el estribillo lleva a Gillespie a esforzar un poco su voz para convertir un futuro éxito de conciertos. Más aventurados cuando apuntan al Techno de XTRMNTR en paradas como “When the Blackout Meets the Fallout” o “Golden Rope“, la primera un caso sin pies ni cabeza que por sus menos de dos minutos de duración sólo es un punto de fuga para algo de locura acumulada. “Golden Rope” sin embargo triunfa por el nerviosismo en su conducción Motorik y cómo se va reforzando incorporando un saxofón hasta que en su final se lanza al vacío para recobrar la serenidad.

El tema de sus adicciones es algo que Gillespie sigue arrastrando, esto se refleja en muchas letras para el álbum (la muy íntima “Private Wars“). La infelicidad y soledad que conllevó en mantener en pausa a la banda tras Beautiful Future es algo que el líder parece aún no supera pero está muy cerca de lograrlo, como mejor referente está “I Can Change“, no es que por el título sea un track deprimente, de hecho el estribillo donde dicta en cuatro ocasiones la frase se siente como ese último impulso para lograr ese cambio que por su bien necesita. La musicalización es fantástica, un ambiente somnífero, ensoñador, lleno de psicodelia vaporosa donde la misma voz de Gillespie también se escucha sublimada en el ambiente.

Chaosmosis se traduce en caos debido a esa falta de concepto, a la falta de un hilo conductor sonoro. La media al final, es una colección de buenas canciones que recuperan estética de sus trabajos pasados. Podría bien ser un Greatest No Hits o un álbum que rescata algunos descartes de las sesiones de sus mejores años. Más que todo, parece un trabajo necesario para Gillespie quien de esta forma necesitaba encontrar el equilibrio ahora como un individuo totalmente sobrio de alcohol y drogas.

Post escrito por: Jose Marr

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