Where does the answer lie?:
35 años de Ghost In The Machine de The Police
Por Ernesto Acosta Sandoval @erniesandoval_
En el documental Can’t Stand Losing You: Surviving The Police, basado en la autobiografía de Andy Summers, One Train Later, hay un tono de creciente desesperación conforme el grupo se va haciendo más y más importante, más y más exitoso y más y más grande. Narrado desde el punto de vista del guitarrista, el pietaje muestra a la banda inglesa en 1981 en un punto en el que ya no sabían hacia dónde voltear. Ya habían conquistado las listas de popularidad, ya habían tomado a Estados Unidos por sorpresa, habían conseguido convertirse en uno de los actos más rentables del mundo de la música Pop y le habían dado la vuelta a su posición de representantes máximos del New Wave y Post Punk. Musicalmente, ya habían incorporado al Reggae a su sonido y cada uno de los miembros de la banda se habían vuelto maestros absolutos de sus instrumentos. Y apenas habían lanzado tres álbumes en sólo cuatro años. Las tensiones al interior del grupo cada día eran más notorias, principalmente por el papel protagónico que había tomado Sting y su intento por mantener el control absoluto de la dirección de The Police. El sentimiento de que Summers y Stewart Copeland se habían convertido en el grupo de apoyo para el cantante era inevitable y devastador.
Ghost In The Machine, su cuarto álbum, en efecto, por momentos se siente como si fuera el primer disco solista de Sting, quien había llevado al estudio sintetizadores, pianos, arreglos de metales en extremo. La esencia del trío de amigos y compañeros parecía haberse desvanecido y quedado en el pasado. Y sin embargo, Ghost In The Machine es un triunfo. Fue un giro de 180º. Lo plasmado aquí predice el espectacular quiebre que terminaría siendo Synchronicity dos años después.
Ghost In The Machine tiene un sonido más opresivo y ambiental, menos amigable hasta cierto punto. Canciones como “Invisible Sun”, “Hungry For You” y “Darkness” hubieran sido impensables en los álbumes previos de la banda. En términos líricos, Sting y compañía se metieron en temas políticos por primera vez. No alcanzaron las alturas de, digamos, The Clash (por ponerlos a la par de uno de sus contemporáneos), pero habla de un cambio de dirección en una banda a la que por lo general no se le asocia por su discurso político. Y, bueno, a final de cuentas, por lo que The Police siempre destacó fue por ser una máquina de hacer hits y aquí hay de sobra: “Spirits In The Material World”, “Every Little Thing She Does Is Magic”, “Secret Journey” fueron éxitos tremendos. A pesar de la dictadura de Sting, hay mucha experimentación por parte de Summers y Copeland, quizá motivada u obligada por el bajista, pero a final de cuentas hizo que el sonido de la banda se moviera de su zona de confort y se reinventara antes del final.
