Corona Capital 2017: Domingo

November 20, 2017

Foto Aída Zelegna

Foto Aída Zelegna

Crystal Fighters

Foto: Iván Castillo

Whitney

Por José Marr

Cuando una banda debuta con un disco tan aclamado y respetado, sus giras de promoción suelen ser únicas e irrepetibles, pues su set puede constar de tocar ese álbum completo y que va en canciones del mismo linaje. Así que Whitney era imperdible. Y resultó sorprendente desde que los mismos integrantes fueron los encargados de montar sus instrumentos, así que los fans que eran muchos, más de los imaginados, echaron porras a la banda y a su frontman Julien Erlich a quien se le notó una grata impresión por el recibimiento a tan temprana hora del festival. Así su setlist abrió con “Dave’s Song” que ante la calma de su inicio la expectativa subía hasta el golpe donde todos los instrumentos entran y provocó el despertar de las ovaciones. Julien estaba bastante cómodo y a gusto, con sandalias y bebiendo whiskey directo de la botella, interactuando y respondiendo a cada frase del público, haciendo reír y enamorando a propios extraños, incluso a quienes ya esperaban a Dua Lipa (in-cre-í-ble). Dijo Julien: “Vamos a tocar varias canciones… como si tuviéramos gran repertorio” y causó risas, por ello mezclaron canciones de su Light Upon The Lake con un cover de Neil Young y otras extras como “Magnet“, que con sus solos de trompeta guitarra y teclado fue de los puntos más altos de no ser por el gran cierre con “No Woman“. La banda estrenó música, dijo que un nuevo disco se aproxima y lo más importante: prometieron volver. Estaremos esperando por ello.

Washed Out

Foto: Iván Castillo

Por Ernesto Acosta

El bateador de emergencia cuando Sampha, ganador del Mercury Prize este año, canceló dio una de las sorpresas más agradables casi arrancando el domingo en la carpa Levi’s. Un set impecable en todo sentido, mezclando Ambient con Synth Pop y Techno más los increíbles e hipnotizantes visuales de su último álbum de estudio, Mister Mellow. El bajo sonó fuertísimo y calentó los ánimos para todo lo que vendría después.

Mystery Jets

Foto: Iván Castillo

Por José Marr

Mystery Jets ha entrado en una etapa madura de su carrera, una donde se han vuelto una banda consolidada, con fans asentados y que siempre serán un nombre garantía en festivales. Y si había dudas, quedó claro con su exitosa presentación en el escenario Doritos. Hablamos de que su más reciente Curve Of The Earth no ha sido de gran revuelo ya que se les fue mucho reflector desde su disco “acústico” Radlands en 2012. Pero ¿a quién le importa? “Telomere” y “Bombay Blue” fueron cantadas como absolutos clásicos. La banda además intercaló piezas como “Flash A Hungry Smile” y “Serotonin“, que los saltos, gritos y voces al unísono causaron. Jack Flanagan inquieto, con media pista para él, carismático hasta cuando se equivocaba. La presentación de cinco minutos de Mystery Jets cerró con broche de oro, con dos de sus canciones que los llevaron a ser la banda que son hoy: “Young Love” y “Two Doors Down” dieron un final emotivo y emocionante a la presentación de Mystery Jets, que sí, nos quedó a deber una par de canciones de Radlands, pero que muchos esperan, vuelvan para completar con más de las tantas grandes canciones que tienen.

The Sounds

Foto Aída Zelegna

Por Ernesto Acosta

¿Qué tal la fanbase del grupo sueco? La carpa Levi’s estaba atiborrada de pura chaviza (y no tanto) que se sabía todas las canciones y todas las brincaron y bailaron como un verdadero concierto de Rocanrol. Maja Ivarsson tiene una presencia magnética sobre el escenario que atrapa desde el primer momento en el que pone el pie, aunque hubiera fallas en el audio y no se escuchara nada en los primeros minutos. Fuma, grita, se contonea, se trepa a los amplificadores, se avienta al público mientras el resto de la banda no pierde un compás. Setlist buen balanceado entre canciones del Living In America, Dying To Say This To You, Crossing The Rubicon y Something To Die For.

The Drums

Foto: Iván Castillo

Foto Aída Zelegna

 

Cold War Kids

Foto: Iván Castillo

Foto: Iván Castillo

The Shins

Foto: Iván Castillo

Grizzly Bear

Foto: Iván Castillo

Foto: Iván Castillo

Por José Marr

Tenía dudas sobre si Grizzly Bear tendría una presentación exitosa en el Corona Capital, más, pensando en lo que pasó con Elbow un día antes. Afortunadamente el fandom de Phoenix es mucho más preceptivo, receptivo y tolerante, entendieron que si no conoces al grupo escucharlos puede resultar una nueva sorpresa inesperada. Afortunadamente también, el horario le hizo justicia a una de las mejores bandas de la actualidad, con un catálogo que raya lo perfecto y consentidos de la crítica especializada. Grizzly Bear ya había pisado México en 2013 promocionando Shields, pero en aquella ocasión el Auditorio Blackberry lucía ligeramente vacía y el live no fue estuvo a la altura de lo esperado, no por la banda, sino por el público que se esperaba fuera más. Sin embargo pasadas las 7PM, ya había demasiada gente en el escenario Doritos, vaya sorpresa cuando Daniel Rossen comenzó a pronunciar la letra de “Four Cypresses” se escuchara el canto del público debajo, lo mismo que los demás temas de Painted Ruins (“Losing All Sense“, “Three Rings” y “Mourning Sound“). Fue notorio que las canciones de Shields durante estos años trajeron nuevos fans que eran los que esa noche estaban ansiosos de poder cantar “Yet Again“, incluso por ahí un grito de emoción cuando a Ed le pasaron la guitarra acústica y alguien adivinó que seguía “Sleeping Ute“. Dispersados a entre la muchedumbre celebraciones cuando “Fine For Now” -un corte no tan difundido de Veckatimest– fue seguido en sus ritmos y explosiones de estruendo, mientras que “Ready, Able” (corte en el que Chris Bear se equivocó al empezar a tocar compás de Mourning Sound“) le dio matiz a al oscuro de la noche. Es un hecho que las canciones más conocidas del grupo siguen siendo “Knife” y “Two Weeks“, pues quienes no habían cantado a ubicado alguna canción del set se hicieron parte hasta que sonaron éstas. Aún así el grupo se tomó el atrevimiento de impresionar más allá de lo conocido o lo esperado y “Sun In Your Eyes“, de tintes épico y bélicos dejó impresionados a todos, sus contrastes de calma con los apocalípticos y la ejecución instrumental era un deleite de escuchar y ver, hasta cuando Taylor tomó el flautín o el saxofón.

Algo casi religioso ocurrió entre Grizzly Bear y sus fans, un grupo que entró en confianza cuando vio el gran recibimiento puesto que Ed Droste pensaba que el horario empalmado con The Shins y Alt-J sería perjudicial para ellos. Pero incluso, aquellos indiferentes, y que sólo esperaban que su set terminara para estar más cerca de Phoenix quedaron asombrados y maravillados (“While You Wait For The Others“), eso se podía escuchar en algunos comentarios. Dan, Ed, Bear y Taylor se fueron convencidos de su gran base de seguidores en México y eso seguro, dejará un nexo para futuras visitas de Grizzly Bear al país.

Alt-J

Foto Aída Zelegna

Foto Aída Zelegna

Foto Aída Zelegna

Phoenix

Foto Aída Zelegna

Foto Aída Zelegna

Foto Aída Zelegna

¿Será cierto eso que el mejor público del mundo es el mexicano? Suena a una mentira para convivir y a un cliché de los artistas para hacer gritar a un público azteca que cuando quiere y se deja, se vuelve loco fácilmente en estos casos. Pero precisamente por eso es que les comienzo a creer, y más cuando lo dice Phoenix y ves las caras de Thom, Deck, Lauren y Christian, que parece, a pesar de ya tener varias visitas al país, no dejan de sorprenderse por el recibimiento sobre-acogedor que se les da – “Siempre que salimos de gira queremos venir a la ciudad de México” – exclamó Mars en una de sus intervenciones.

Desde que se preparaba se escenografía y su equipo de luces ya se veía que Phoenix venía a lo grande, y lo merecían, pues eran quienes iban a clausurar el escenario Doritos. Un tapete de luces con un techo de espejos a 45 grados para dar unos efectos formidables. Unos minutos más tarde de lo programado Phoenix salió a escena causando el punto en la noche, donde los gritos de los fans fueron ensordecedores. “J-Boy” fue la encargada de abrir la noche, y la congregación de público se movía de un lado para otro, a ésto se agregó “Lisztomania“, “Entertainment” y “Lasso“, que elevaron al triple la euforia. La banda tuvo para todos, un repaso equitativo de su pasado y enfocándose por supuesto en los últimos tres discos que lanzaron.

Mars como siempre es un entregado a su publico, en una ocasión bajo del lado derecho del escenario para dejarse sentir, más tarde después del encore, volvió y esta ves hizo mucho más: caminó sobre el público en el reprise de “Ti Amo“, en eso el público se comportó a la altura, no siendo como aquellas personas frenéticas que no entienden que hacer más que tocarlo atenta contra la seguridad del artista y puede resultar contraproducente, no ocurrió nada grave y todo fue celebración. Se percibió la sorpresa de Phoenix cuando temas de hace casi 20 años como “Too Young” e “If I Ever Feel Better” se entonaron con ánimo – “Gracias por saberse la letra” – dijo Mars en una ocasión. De hecho cuando hubo problemas con el micro de Mars, porque “escuchaba una interferencia de radio y cortaron el inicio de “Rome“, lejos de ser un contratiempo la gente empezó con el clásico “oleee oleee oleee olee… Phoenix, Phoenix” a muy alto volumen.

Alguna vez platicaba con un amigo sobre Phoenix y decíamos que ellos hacen coros excelentes, es difícil no saberse casi todos de ellos después de haber escuchado por lo menos una vez una canción de ellos, – “estribillos hasta por lo codos” – decíamos, y ayer me volvió a quedar claro; 2017, su sexto disco y “Telefono“, “Lovelife“, “Flor Di Latte“, “Tuttifrutti” todas siguen siendo efectivas, no decir menos de “Ti Amo” que además de ser pegadiza, es enteramente bailable. Tantos hits y aún faltaba “1901” para cerrar triunfal la noche.

Green Day

Foto: Iván Castillo

Foto: Iván Castillo

Foto: Iván Castillo

Foto Aída Zelegna

Por Ernesto Acosta

Green Day es una banda significativa para mí, y al parecer para las casi 75 mil personas que se congregaron en el cierre del festival. Para mí lo es porque en 1998 yo tenía 14 años y una disposición para ser sorprendido por el Rock y la banda californiana vino al Pabellón Este del Palacio de los Deportes. En mi mente, 19 años después, ese se sostenía como uno de los conciertos más divertidos al que haya visto, y en gran parte a ellos les debo mi amor por el Punk (ellos me llevaron a The Clash, los Dead Kennedys, los Buzzcocks, los Ramones, Bad Religion y muchas otras bandas que ahora tienen un lugar prominente en mi colección de discos) y el hecho de que escriba de música (hice una reseña de aquel concierto para el periódico mural de mi secundaria).

Mis expectativas estaban altas, pero mi energía estaba por los suelos. No importó. En el momento en el que el audio comenzó a tocar primero “Bohemian Rhapsody” de Queen y luego “Blitzkrieg Bop” de los Ramones, olvidé el dolor de pies y espalda, se me fue el sueño que me empezaba a dar y que me hacía dudar de poder aguantar las tres horas que anunciaba el programa. El Drunk Bunny apareció dando tumbos por el escenario y a partir de ahí ya todo fue fantástico. Diecinueve años después, Billie Joe, Mike Dirnt y Tré Cool siguen siendo los adolescentes que lanzaron Dookie en 1994, con un poco más de producción y cierta conciencia política, que sin embargo, no sé si creerles. Por fortuna, se despojan de esa solemnidad que han tenido sus últimos álbumes a la séptima canción y se arrancan con “Longview” para durante hora y media seguirse con hit tras hit de sus discos más desmadrosos y desparpajados y ahí es donde se nota la brecha generacional: el público queda dividido en los que aman al Green Day operático post-American Idiot y los de la vieja escuela, Billie Joe dixit, que crecimos con ellos en los noventa. Suben gente al escenario (como ese Punk old school), regalan guitarras, Billie Joe moja a la gente con una manguera, avienta camisetas con una bazooka, se tira al suelo, dirige a la audiencia a cantar “Hey Jude”, “Shout!”, arma el moshpit en “Minority”. Vaya manera de cerrar la gira del Revolution Radio con un festival casi completo a tus pies coreando con todo el corazón “Good Riddance (Time Of Your Life)”.

Post escrito por: Staff MHR

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