RPM: Sea Change de Beck

October 5, 2017

sea change beck

Sailors run aground:
20 años de Sea Change de Beck

Por Ernesto Acosta Sandoval 

Antes de 2002, Beck era visto como el sucesor de Prince. O al menos como el que lo mejor lo canalizaba para las nuevas generaciones. Más que un autor de canciones, Beck era un experimentador, un científico del sonido al que pocas cosas le daban miedo cuando se trataba de grabar un álbum. Sus experimentos, además, eran recompensados. Vendía bien, y la crítica lo amaba. Pero tuvo que pasar por una traumática ruptura para que las cosas cambiaran en lo creativo y en lo personal. Hacia finales de 1999, descubrió que su prometida de nueve años lo engañaba con un miembro de la banda Whiskey Biscuit. Se encerró en su casa y escribió doce canciones que reflejaban lo que le pasaba por la cabeza. Pero decidió archivarlas. Pensó que con haberlas escrito exorcizaría los demonios que lo atormentaban. Sin embargo, un dolor de este tipo hay que sacarlo y tocarlo y cantarlo y expulsarlo. A principios del 2002, se reunió con ese otro artesano del sonido que es Nigel Godrich (Radiohead, Paul McCartney, Travis, The Beta Band) para grabar las doce canciones en un par de semanas.



En Sea Change, Beck desnuda su voz y, por lo tanto, su alma. Sea Change es el cambio de marea en el interior del cantante, el mar adentro de su corazón, donde sólo los marinos más experimentados se atreven a surcar las aguas. Beck cambió aquí los samplers por armónicas y guitarras acústicas (“Guess I’m Doin’ Fine”), los arreglos de acuerdas que hacen que te vayas de espaldas (“Paper Tiger”, “Lonesome Tears”), y las letras crípticas, chistosas y desmadrosas por una inmediatez brutal (“Lost Cause”, “Sunday Sun”). La grabación del disco, salvo por las cuerdas, fue casi en vivo en el estudio, sin chance a mucho trabajo de embellecimiento de sobra. Gracias a esto, Beck se siente honesto, desgarrado y crudo. Dar el paso de Odelay! y Midnite Vultures a algo como Sea Change no es cualquier cosa y su autor lo sabe.

Después de Sea Change, Beck no volvió a ser el mismo. Aunque sí intentó retomar mucho de su sentido del humor, en sus álbumes posteriores se siente una seriedad y una pesadez que no estaban ahí antes. Es como si se hubiera subido a ese barco del que hizo su corazón, se alejó de la tierra y se ha dedicado a mirar todo desde allá, desde entonces.

Post escrito por: Ernesto Acosta

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