Fuente Facebook
Por Aarón Cortés
Entre las sorpresas que tendrá el festejo de los 20 años del Vive Latino, Fantastic Negrito es un proyecto al que vale la pena prestar atención, cuya particular historia es tan intrigante como su música. No por nada fue acreedor al Grammy como Mejor Álbum de Blues en la más reciente entrega de estos premios.
Pero antes de llegar a este punto de su carrera, Xavier Amin Dphrepaulezz (nacido en enero de 1968) tuvo que pasar por una serie de sucesos complicados que más tarde le servirían para consolidar su estilo musical.
Todo comienza cuando Xavier abandona su casa a la corta edad de 12 años, dejando atrás las estrictas reglas de su padre, para vivir en las calles e impregnarse del surgimiento de la escena del Hip Hop y el Punk. Adicciones, violencia y un lado oscuro de Oakland marcaron su adolescencia al seguir un camino peligroso, del que no siempre se sale con éxito.
A los 18 años se enamoró del álbum Dirty Mind de Prince (1980), lo que despertó su interés en la música. Gracias a eso descubrió la forma de escabullirse en los salones de la Universidad de Berkeley, haciéndose pasar por estudiante para practicar piano. De hecho, siguiendo los pasos de Prince, Xavier aprendió por su cuenta a utilizar este instrumento. Bastó con sentarse a escuchar a los otros alumnos a practicar escalas para desarrollar su oído y comenzar a componer sus propias piezas.
A pesar de esto, su estilo de vida le cobró factura en los 90. Luego de adquirir algunas armas, un grupo de personas lo siguió y lo asaltaron, poniendo en peligro su vida. Al día siguiente decidió mudarse a Los Ángeles (lugar al que llegó pidiendo aventón), donde buscó estudios que estuvieran interesados en sus canciones.
Para aquel entonces ya sabía tocar varios instrumentos, aunque su golpe de suerte llegó cuando uno de sus amigos llevó su música al Bel-Air Country Club. Ahí, entregó la cinta a Joe Ruffalo, quien en aquel entonces era manager del mismísimo Prince.
Ruffalo apoyó a Xavier con un apartamento y lo acercó a varias disqueras hasta que firmaron contrato con Interscope Records. Finalmente en 1996 lanzó su álbum debut The X Factor, bajo el nombre de Xavier (a secas), un trabajo bastante similar a Prince con ese pop ochentero combinado con R&B y el mismo tipo de canto. Lo que ocasionó que la recepción del álbum no fuera la esperada.
En 1999 sufrió un accidente automovilístico que lo dejó en coma durante 3 semanas, casi pierde la movilidad en las manos y poco después de que despertara Interscope Records terminó su contrato
Aun así no se rindió, e intentó seguir en el mundo de la música junto con otras bandas, trabajando en temas de películas y televisión. Tiempo después decidió que era hora de partir y volvió a Oakland para formar una familia y cultivar marihuana en una granja… El único instrumento que conservó fue su guitarra.
Fuente Facebook
Un día Xavier buscaba la forma de entretener a su hijo y aprendió un par de canciones de The Beatles en la guitarra, cosa que volvió a despertar su interés en la música, ahora inspirado por el blues con artistas como Lead Belly, Skip James y Muddy Waters.
Fue así como tomó el pseudónimo de Fantastic Negrito y grabó su primer EP homónimo en 2014. Un año después ganó el concurso de Tiny Desk para el festival SXSW con el tema “Lost In A Crowd”, y en 2016 grabó su álbum debut llamado The Last Days of Oakland.
Fantastic Negrito tuvo una segunda oportunidad en la música a sus 48 años, que levantó su carrera de inmediato con un nuevo estilo que mezcla influencias clásicas que nos recuerdan a Chuck Berry y Howlin Wolf, y un toque fresco inspirado en la complicada historia de su vida.
Actualmente tiene dos álbumes con los que ha ganado el Grammy a Mejor Álbum de Blues, convirtiéndose en uno de los expositores contemporáneos más relevantes en este género. Aunque debemos admitir que sus presentaciones en vivo tienen mucha más energía que el trabajo de estudio, dando ese carisma y complemento perfecto a la experiencia de Fantastic Negrito.
Su primera presentación en México ocurrirá este sábado y no se la pueden perder.
