Reseña: Nadine Shah /// Kitchen Sink

September 15, 2020

Nadine Shah Kitchen Sink

Nadine Shah
Kitchen Sink
Infectious Music

9.5

Por Diego Álvarez Rex

Sin lugar para la duda, una de las más mejores exportaciones del Reino Unido en los últimos años es la implacable cantautora Nadine Shah, que no solo en cada disco se reinventa sino con los años va perfeccionando la canción moderna británica tan pluricultural como reflexiva libre de etiquetas y discursos que la prensa se pueda inventar.

Lejos de una zona de confort, con su cuarto álbum su música no solo explora temáticas personales sino crece en cuanto a rango de sonido; alguna vez reivindicadora del sonido del Post Punk y el Alternativo, hoy día escuchamos destellos de Motorik y Afrobeat que no era para menos, coloque su trabajo a la altura de músicos como John Cale, Shirley Collins y PJ Harvey, siendo una vez más Ben Hiller su arreglista y productor de cabecera, quien no solo co-escribiera con ella gran parte de sus últimos tres lanzamientos, sino es productor responsable de los momentos más atinados en los últimos tiempos de Depeche Mode, Elbow y Doves.



El inicio de “Club Cougar” lo dice todo hace a un lado las guitarras y baterista, para irse de lleno a la instrumentalización electrónica, recordando a congéneres como Gwenno y Fat White Family, pero con su propia sensualidad y humor. Kitchen Sink es simple y sencillamente un mundo después para Nadine, “Buckfast” es un perfecto ejemplo de la nueva madurez que la cantautora no puede evitar impregnar en sus nuevas creaciones, donde la tradicional composición del “Rock alternativo” tradicional invoca inquietas progresiones sonoras más al estilo de Gang of Four y The Pop Group, acompañada de la característica calidad de su voz perfectamente definida,

Nadine Shah es un caso especial cuando se trata de la música británica, ya que es un tanto ignorada por el inverosímil movimiento burdamente denominado en Reino Unido como “Wonk” que intenta innecesariamente englobar algunas bandas como Idles, Shame y Fountains D.C., y que a pesar aún de estar un tanto fuera de los reflectores, Nadine ha logrado varias distinciones y nominaciones en prensa local e internacional, siendo un modelo a seguir por lo original de su sonido muy al estilo de Wolf Alice y Cate Le Bon que, de igual manera, pareciera que aún pertenecen a un extraño nicho de “Música alternativa británica” solo para unos afortunados que se las topen en festivales o sesiones de radio.

En su debut en Infectious Music, Nadine continua con su característica descarga de inquietudes, frases de angustia contemporánea y experimentaciones con el multitracking de su voz, llevándolas a otro lado, muy al estilo del salto que dio Arcade Fire con Reflektor y Talking Heads con Naked, trayendo marimbas y trompetas para crear capas sónicas poco usuales, pero bastante oportunas; aún así, “Trad” y “Ukranian Wine” hacen memoria de aquellos primeros sencillos de Nadine en la BBC que le valieron su nominación al Mercury Prize en 2018; “Kite” y “Wasps Nest” suenan delicadas, acústicas y envolventes, destacando como los momentos más lucidos para la voz de Nadine en el LP.

Esta nueva placa es sencillamente de altísima calidad, con piezas dignas del baile y del suicidio, años de trayectoria definiendo y encontrando sus propias capacidades y limitaciones, claramente no han hecho más que mejorar a la nacida en Whitburn; experimentaciones, incursiones y extravagancias totalmente atinadas; Kitchen Sink es un terreno neutral en la música moderna donde lejos de estandartes de retórica, la única bandear que se ondea es la del talento puro.

Post escrito por: Diego Álvarez Rex

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