RPM: 50 años de All Things Must Pass de George Harrison

November 19, 2020

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It’s not always going to be this grey:
50 años de All Things Must Pass de George Harrison

Por Ernesto Acosta Sandoval @erniesandoval_

En noviembre de 1968, George Harrison se convirtió en el primer Beatle en lanzar un álbum solista. Wonderwall Music es el score para una película avant-garde medio intrascendente. El álbum contenía 19 piezas instrumentales, algunas con sonido occidental, otras (grabadas en Bombay) con toda la influencia hindú que el músico estaba ávido por explorar. Independientemente de si el álbum fue un éxito o no (no lo fue, en realidad), le mostró a Harrison la ventaja que les llevaba a sus compañeros de banda. El siguiente año y medio sólo fue la confirmación de esa sospecha, cuando, en plena lucha de egos, Lennon y McCartney le bloqueaban contribución tras contribución a los que serían los dos álbumes finales del grupo. En Abbey Road, sin embargo, con “Something” y “Here Comes The Sun” se podía echar un vistazo al nivel que el llamado Beatle callado había alcanzado para ese momento.



All Things Must Pass apareció a finales de 1970. En orden cronológico, George fue el tercero de los cuatro en lanzar su declaración de independencia. El primero fue Ringo con el mediocre Sentimental Journey en marzo. Le siguió McCartney con el extraño homónimo que le puso el clavo final al ataúd de los Beatles, un par de semanas después. El año lo cerraría Lennon con el iconoclasta y descarnado Plastic Ono Band en diciembre. Lo que es un hecho es que nadie esperaba la obra titánica que Harrison traía bajo el brazo y que le tomó armar apenas unos cuantos meses. All Things Must Pass es el primer álbum triple de la historia del Rock simplemente porque no había de otra. Aquí estaba contenida toda la creatividad que le habían impedido explotar los últimos años. Diecisiete canciones en forma, distribuidas en dos discos, más un LP de palomazos con sus cuates. Harrison gozando hacer música como nunca en su vida. Lo interesante del asunto es que, salvo un par de ventilaciones de rencores contra sus ex compañeros (“Wah-Wah”, “Run Of The Mill”), el resto del álbum son canciones de esperanza (“All Things Must Pass”, “Awaiting On You All”), de fe (“My Sweet Lord”), de amor (“I’d Have You Anytime” e “If Not For You”, ambas co-escritas con Bob Dylan), de amistad (“Isn’t It A Pity”, “Behind That Locked Door”) y hasta dedicaciones a los fans (“Apple Scruffs”). Harrison, como siempre, demostrando ser el Beatle buena onda, el centrado, el maduro. El más noble y el más querido. Fueron tantos los músicos que participaron en las grabaciones que no existe una lista completa de créditos, pero, entre otros, estuvieron Billy Preston, Eric Clapton y Ginger Baker de Cream, Klaus Voorman, Alan White de Yes, el propio Ringo, miembros de Badfinger, y un enorme etcétera. Todos coordinados y producidos por Phil Spector, quien se cuadró en sus excentricidades, pero dejó su marca indeleble en cosas como “Beware Of Darkness” o “What Is Life”.

Desde el punto de vista comercial, por un par de años, All Things Must Pass fue el álbum más exitoso de un ex Beatle, hasta Band On The Run de McCartney y Wings. Desde un punto de vista artístico, se sostiene y se debate si es lo mejor que cualquiera de los cuatro haya lanzado jamás. Es una obra maestra, sin duda. Es un álbum de largo aliento e incontenible. La mayoría de las canciones habían sido rechazadas desde 1966 hasta 1970 para su inclusión en discos de su banda previa. Lennon destrozó el álbum cuando lo escuchó. Paul ni siquiera lo mencionó. Pura envidia, pura inseguridad. El Beatle callado nunca lo sería jamás otra vez.

Post escrito por: Ernesto Acosta

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