Reseña: Cabra /// Martínez

June 28, 2023

cabra martinez disco

Cabra
Martínez
La Casa del Sombrero LLC
9.0

Por Antonio Carlos Solorzano @thespectraltiger

El músico puertorriqueño Cabra, nombre de Eduardo Cabra Martínez antes conocido como Visitante de la extinta banda Calle 13, publicó hace menos de un mes Martínez, su segundo y último disco como cantante solista. Álbum ecléctico que cuenta con ocho temas, producidos cuidadosamente y que por su diversidad musical lo llevan a desafiar las categorías genéricas para ponerlo en el terreno de lo Experimental. Entre los sonidos con los que juega Cabra en este disco encontramos la Rumba Afro Cubana, Pambiche, Funk Brasileño, sonidos 8-bit y más. Producción con la que, desafortunadamente para nosotrxs como público, le dice adiós a su faceta como cantante para dedicarse a la composición, la producción y gestionar la carrera de otras mentes creativas bajo su sello discrográfico La Casa del Sombrero.



Este boricua originario de Santurce, Puerto Rico, fue compositor y productor de éxitos innumerables de Calle 13. Ha ganado 28 premios Grammy y Grammy Latinos hasta el momento y también ha sido la mente detrás de una serie de proyectos artísticos interesantes que desafían los géneros musicales. Pasando por su proyecto de Trending Tropics, su faceta como cantante con Cabra, su participación como productor para artistas como Calacote, Rita Indiana y muchos otrxs más, así como proyectos de soundtrack y de instalaciones musicales en los que ha participado. Hecho que lo ha llevado a poner su nombre como productor en alrededor de cuarenta discos en menos de una década.

Cabra ha logrado crear propuestas que buscan matar el culto a la personalidad, la fama y el entretenimiento inmediatista. Recordemos el que es probablemente su mejor video musical, “La Cabra Jala Pa’l Monte” de 2020, en el que asesinó simbólicamente a su persona artística Visitante (en un video que hace un guiño a la serie Black Mirror). En éste, hace una crítica y una suerte de metacomentario del entretenimiento efímero e inmediatista, que genera el deseo de descargas constantes de dopamina, que se satisface incluso a costa de la muerte gráfica, televisada y viralizada de otros seres humanxs. Cuestionamiento y posicionamiento que mantiene en esta segunda y última producción como cantante.

Con Martínez el músico y compositor puertorriqueño de 44 años nos entrega una producción con ocho temas eclécticos (siete de ellos son colaboraciones) que siguen en la línea de los cuestionamientos y comentarios respecto del mundo que nos rodea, el proceso creativo, nuestra relación con la Inteligencia Artificial, la industria de la música y cómo el entretenimiento en ocasiones tiene más peso que el arte en sí mismo.

La canción que retrata fielmente esta perspectiva es “Sonido Bestial”, que comparte junto con el cantante dominicano Vicente García. La canción abre con los siguientes versos de Cabra: “50 canciones al mes / Más palos que fuerza ‘e choque / La cámara lista, la pantalla brilla / Sonido bestial, sobra el caché / Esto me da de comer / Entreno pa’ entretener”. Poco después hace un guiño a la globalización y masificación de lo urbano con los siguientes versos: “Agenda repleta / La faja en su sitio / La combi completa / Special Edition / La pista asesina / ponerla en China / Con pa’l de retoques / Un cuento mediocre”. Después hace un recuento del estado de la industria musical y la cosificación que viven exponentes de la música: “Play, karaoke gigante / Adicción al aplauso / Ya no es importante el recaudo / Mantenerse relevante es el caso / La depre, el miedo / De salir a la calle pa’ la foto”. Una canción que puede resultar incómoda (pero no por eso menos necesaria) entre quienes han decidido sacrificar sus experimentaciones creativas en aras de mantenerse relevantes en una industria regida por tendencias formulaicas, mantenerse relevante subiendo contenido todo el tiempo, listas de popularidad e intereses económicos.

En “Un Trambo” (expresión bori para referirse a un truco o trampa) colabora con De la Ghetto, en uno de los juntes más interesantes e inesperados del disco. En este Cabra y El Chulito se montan sobre un Pambiche, para contar la historia de José O (jugando con la expresión puertorriqueñizada joseo, proveniente del inglés hustle). Una canción que se aleja del fronteo de los malianteos y cuenta la historia de un personaje que, a pesar de sus muchos trambos, terminará pagando las cuentas de su eterno joseo y vender humo, “José O / Lo tenemos velau no lo sabe / Tanto traqueteo se le nota la costura / Termina trasquilao su truquito / Tanto vende humo que le pasará factura”.

En “Karaoke #1”, Cabra nos lleva a una pieza instrumental de 10 minutos con 33 segundos en las que nos sumergimos en una especie de introspección que parece sacada de un soundtrack. Ésta fácilmente podría ser la pieza acompañante para un viaje psicoactivo, gracias a las texturas del piano, batería, trompeta con sordina y un beat que coquetea con el Jazz Hip Hop y Ambient. Una pieza tocada en su totalidad por Cabra, que termina con unos toques triunfales que evocan a que las cosas estarán bien con el paso del tiempo. Corte que sólo puede funcionar en un disco como Martínez, pero que muy probablemente no funcionaría en playlists o en la radio. Y tampoco tendría porqué hacerlo.

Desde que Cabra empezó sus proyectos solistas ha logrado hacer dialogar sonidos contrastantes en un mismo corte. En los que, por ejemplo, nos llevan de los deseos de bailar al terreno de lo melancólico. “Lloripari” (expresión puertorra que se refiere a esa fiesta en la que uno llora por lástima a unx mismx) es una de las canciones que logra eso a través del humor y de los sonidos de la canción. En este corte junto con la talentosa Letón Pé, nombre artístico de la dominicana Leticia Pelliccione, nos lleva a cuestionar nuestro navegar hasta el hartazgo en redes sociales y el doomscrolling al que nos sometemos día con día, “Mente entumecida / Al punto ‘el quiebre / Otro trago ‘e dopamina”. En un giro comédico dentro de su lloripari se cuestiona su propio rol: “Maldito complejo / De confundirme entre ser un mártir y un pendejo / (Voy dejando el pellejo)”. En medio de la exageración y el delirio (casi paródicos) llega a la solución: “Me crucifico / Siguiéndoles el ritmo / Me pregunto en el delirio: / ¿Cuándo cae el meteorito?”.

Para la canción “Toco Madera”, en donde colabora con el boricua Seba Otero y la cantautora norteamericana Ambar Lucid, Eduardo Cabra empleó Chat GPT como recurso para generar una especie de debate acerca de emociones con la Inteligencia Artificial y así construir la letra de la canción. Experimentación que, junto con su musicalización que emplea sonidos 8-bit, nos recuerda planteamientos que tenía en su proyecto performático-musical de Trending Tropics.

 

La producción de Martínez está muy bien cuidada, haciendo que sea uno de esos discos que lo mismo pueden cantarse y bailarse como también sentarse a escucharlo. El cuidado de ésta, hace que resulte un gusto para personas clavadas con la producción, el sonido y el audio. En ese sentido me parece una joya para audiófilxs. Es por ello que es uno de esos álbumes que nos recuerdan el gusto de sentarse a escuchar una obra completa de principio a fin con buenos audífonos o bocinas para distinguir las capas, notas, sonidos y texturas construidas a lo largo de sus 35 minutos y 43 segundos de duración.

Cabra ha logrado con su música algo que trasciende los límites impuestos por las redes sociales que funcionan como panóptico que todo miran, abarcan y dictan. En ese sentido establece con Martínez, un comentario y crítica a la cultura de tendencias. Por ello escuchamos un proyecto que cuestiona, desde la temática de sus letras hasta los sonidos de las canciones, la masificación y mistificación en una industria que tiende a recompensar a exponentes que apelan más a maneras de hacer música complacientes con las tendencias y menos con el deseo de jugar y experimentar con el tiempo con el que contamos sobre esta tierra. No es casualidad que este disco ha escapado del radar de tendencias de redes sociales.

Si bien es cierto que su faceta como cantante puede ser con la que se sienta menos identificado, considero que la voz de Cabra es necesaria en estos tiempos y será extrañada. Su voz (en el sentido amplio de palabra), así como su mente y sensibilidad privilegiadas, sirven como contrapeso en un contexto en que la industria gravita hacia lo autoreferencial, lo efímero, las tendencias y la autodepredación y el desgaste de los géneros. Son voces como las de Cabra las que pueden servir como faros que nos lleven a nuevos puertos. No desde la moral ni desde juicios de valor absolutos y categorizantes, sino desde el acaso que supone escuchar sonidos nuevos que abren nuestros horizontes de posibilidades.

Post escrito por: Blogger invitado

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