Reseña: Deftones /// private music

August 22, 2025

deftones private music

Deftones
private music
Reprise Records
9.0

El Año de la Serpiente

Por Alejandro Ramírez @le_fraktal

Quizá es difícil ser objetivo al momento de hablar del nuevo disco de una banda que te ha acompañado prácticamente desde que comenzó su inventiva, cuando hicieron el depresivo Grunge a un lado con gritos salvajes, pero también evocando cierta oscura melancolía a través de la evolución de su sonido.



Deftones nunca se había tomado tanto tiempo entre discos. Cinco años, una pandemia, una nueva generación que los descubrió en TikTok, misma que a su modo de apropiación hasta ha inventado un mote para describir parte de su obra: Música para detonar…o para Deftonar. Tanto tiempo que ha servido a los hijos pródigos de Sacramento para alimentar su legado con su propio festival, proyectos alternos, y el riesgo de pasar desapercibidos en la industria que cada vez apuesta más por el algoritmo y la Inteligencia Artificial.

Evocando al rey reptil albino que adorna su portada, private music se enrosca entre tu oído para comenzar a cavar una madriguera en tu psique: “my mind is a mountain”, un riff poderoso para iniciar como en el album Diamond Eyes, pero que trasciende para englobar en el primer sencillo todo lo que nos depara. La Hakuja saca su lengua y causa escalofríos al compás de la voz en eco de Camilo Wong Moreno en “locked club”: “Join the parade or feel left out”, únete al culto del ofidio, sintetiza la creatividad absoluta en cada tema, que cada pista alimente el fuego del viejo y olvidado ritual de escuchar un disco completo en un mundo de efímeros sencillos que salen cada viernes y que se pierden en playlist de novedades, en tiempos donde la canción del verano es un clip de audio: “Nothing beats a Jet2 holiday

infinite source”, la inagotable fuente de inspiración de Steven Patrick Morrissey en el accionar vocal de Chino Moreno, otro de esos riffs de la guitarra de Stephen Carpenter que se queda en la mente, el ritmo inocuo y perfecto que siempre aplica Abe Cunningham, el groove heredado a Far y su album Water and Solutions, a Chevelle, a Superheaven, y a tantas otras bandas, varias que se fueron quedando en el camino. “souvenir” y su enorme final a modo de réquiem en un funeral eléctrico cortesía de Frank Delgado, el pilar sónico que hace que Deftones denote, desista y sobrepase al desgastado mote de Nu Metal.

i think about you all the time”, Xiao Bai flota en nuestra mente, como Kukulkan y su descenso del castillo en el solsticio, como Quetzalcoatl acompañándonos en el cruce al inframundo, esa potente y oscura melancolía que solo Deftones sabe evocar para después desatar la debacle: “milk of the madonna”, la culebra labios blancos al fin nos muerde, el tema que engloba perfectamente la intención pura de este décimo album: la brutalidad y la melancolía, la conjunción perfecta entre los instrumentos básicos de una banda de rock progresivo, pero más influenciada por Hum que por King Crimson, sin solos de guitarra pero con pasajes sonoros que rememoran universos paralelos, con espectros de Shoegaze y la oscuridad que fundó The Cure.

cut your hands”, la sierpa albina se convierte en una fina línea de erythroxylum que daña la nariz, la leyenda de White Pony ha quedado atrás, ya que Chino Moreno mencionó que la maquila de este album ha sido completamente diferente gracias a la sobriedad, pero el final de este tema evoca sin duda los viejos tiempos de excesos.

Finalmente la python bivittatus encuentra su camino fuera de nosotros en el tema más progresivo de este enorme album, “departing the body” para coronar el 2025, el año de la serpiente en el horóscopo chino, y a semanas de volver a ver a Deftones en tierras mexicanas en el Corona Capital interpretando piezas de este colosal monolito de su obra sonora llamada private music.

Post escrito por: Alejandro Ramírez

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