Foto Sergio Bautista (OCESA)
Foto Sergio Bautista (OCESA)
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Foto Sergio Bautista (OCESA)
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Por moonman
Natalia Lafourcade decidió despedirse de su álbum Hasta La Raíz, uno de sus más grandes logros en su carrera, con una serie de presentaciones en el Teatro Metropólitan. Curiosamente esta despedida también va ligada con el nacimiento de su nuevo proyecto Musas, que en unos meses estará disponible.
Algo que Natalia ha logrado es absorber esa nostalgia que embarga a nuestros padres al escuchar canciones tradicionales mexicanas para una nueva generación. Lejos de que sea incomprendido por los jóvenes, ella logra darnos una buena lección para entender que son uno de los mejores medios para comunicar la nostalgia, el desamor, el romance y demás sentimientos profundos que en los mexicanos afloran con una botella de mezcal.
A estas alturas Natalia Lafourcade es toda una maestra de la música en cuanto a dirección, composición e interpretación. Su visión ha empapado y enamorado a otros músicos que la han seguido y fortalecido en sus actos en vivo, por lo que su ensamble es una muestra de un gran compromiso que tienen con ella y con ellos mismos. De ahí que toda su presentación suene impecable, gruesa y completa.
A casi dos años de su lanzamiento (el 17 de marzo los cumple) el disco ha madurado y evolucionado, de ahí que se lanzara una edición especial con dos versiones nuevas de “Hasta la Raíz” y “Lo Que Construimos“, cuyas versiones renovadas fueron las que sonaron en esta presentación: la primera muy parecida a la original y la segunda con un toque de Reggae.
Uno de los bloques más interesantes fue cuando decidió irse a los inicios de su carrera en donde, como ella dijo, había mucha inocencia de su parte para hablar de temas del amor, pero a final de cuentas refleja un punto de vista más inocente y humilde. Las canciones de este bloque fueron “Casa“, “En el 2000” y “Elefantes“.
La canción que en lo personal me impactó mucho fue “Azul“, en donde Natalia explicaba que le costaba mucho trabajo cantar una canción que refleja el miedo y ansiedad siendo que ya había superado eso, pero que en su interpretación debía de reflejarlo, pero afortunadamente, ya lo trabajó y que la puede cantar como se debe. Musicalmente fue un gran momento por los recubecos de la canción, que comienzan aparentemente relajados y explotan al final con la palabra “azul”.
Para brindar tributo al gran autor Agustín Lara, hizo un bloque de las canciones de su álbum Mujer Divina con “Aventurera“, “Amor de mis amores” (sí, no es de Los Ángeles Azules) y “Limosna” que desafortunadamente no contó con la participación de Meme pero que fue complementada con la voz del público, quienes tomaron el control en muchas de las canciones al brindarles Natalia el micrófono. Para complementar el legado de autores, Natalia hizo el cover a “Yo No Vivo Por Vivir” de Juan Gabriel.
El cierre fue la transición que comentábamos al principio a su nuevo material Musas, el cual fue introducido por un video en donde veíamos a Natalia grabándolo de una forma muy acogedora en su casa junto a sus cómplices y a Los Macorinos en su casa. Ella dijo que era el estreno mundial en vivo de estas canciones y que se sentía muy bien compartirlas por la energía del público en esa noche. Cantó la ya conocida “Tu Sí Sabes Quererme“, “Tú Me Acostumbraste” y “Soledad y El Mar” para luego despedirse de la primera de cinco noches que están por venir.
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