Post Mortem /// Eddie Van Halen (1955-2020)

October 6, 2020

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Eddie Van Halen (1955-2020):
Erupción entre el cielo y el infierno

Por Alejandro Ramírez @le_fraktal

Recuerdo que cuando era niño, en algunas ocasiones una tía solía cuidarme, y para entretenerme, la televisión era indispensable, y a la par de las caricaturas, de repente se colaba algún video musical, entre varios que recuerdo de Quiet Riot, George Michael e INXS, especialmente viene a mi mente el de “Jump” de Van Halen, y no por su estética, ya que era básicamente la banda tocando ante las cámaras.



Era más bien el sonido de ese sintetizador que a la vez sonaba en todas partes: en el radio del local de comida de mi tío frente a una clínica del IMSS, en el coche de mi primo cuando iba a recogerme a la primaria, y luego en mi inconsciente cada vez que escuchaba el nombre de Eddie Van Halen. Ya cuando comencé a adentrarme en internet, algunos libros, y sobre todo, en esos mitos que existen tras la música, uno de mis favoritos siempre será el que envuelve a la creación de “Beat It” de Michael Jackson: que si Eddie recibió como pago por la canción únicamente 12 cervezas, que si los golpes en la puerta que se escuchan justo antes del solo de guitarra eran de Michael, o de Quincy Jones, o fueron golpes en la pared desde el estudio de al lado quejándose por el volumen alto que Eddie procuró para grabar.

Esas historias que te hacen apreciar la música, y esos personajes que se convierten en referencia inmediata de tu cultura musical propia, también son la gran influencia para muchos guitarristas que personalmente te curtieron. Mike McCready de Pearl Jam refirió que cuando escuchó por primera vez “Eruption” fue lo que provocó que quisiera tomar una guitarra, Scott Ian de Anthrax acaba de relatar en su cuenta de Instagram cómo fue que el mismo tema le voló la cabeza desde la primera escucha. Dimebag Darrell de Pantera conoció a Eddie poco antes de fallecer, y durante su funeral, el mismo Eddie asistió para entregar a su familia la guitarra con la que aparece en la contraportada del álbum Van Halen II, misma que reposa dentro de su tumba. Imagina llevarte a la eternidad un objeto tangible de tu héroe, como si fuese una especie de espada para luchar contra los demonios del olvido.

Eddie Van Halen perdió la batalla contra el cáncer de garganta, como si 2020 no nos hubiera arrebatado ya tantas cosas, ahora se lleva el cuerpo pero el espíritu es eterno. Quiero pensar que a partir de hoy se escucharán con más apego sus increíbles riffs, y que incluso una nueva generación comenzará a alimentarse de todas las obras maestras de un auténtico virtuoso, maestro del finger tapping y el squealing de las cuerdas, creador de éxitos infalible, y que a pesar de perder en algunas ocasiones la afrenta contra las adicciones y sus duros conflictos personales con los integrantes de la banda que fundó, se quedará ya como un ícono, más allá de ser un miembro del infame salón de la fama del Rock and Roll.

Running With The Devil” seguirá sonando antes de que Slipknot salga al escenario, “Panama” se apreciará de forma distinta desde hoy cada vez que sea escuchada en Universal Stereo, una generación entera ya no podrá ver al auténtico guitar hero en directo, pero tal vez en el futuro un holograma o un emulador nos enseñe a manipular las seis cuerdas a su modo tan complejo, tan ideal, tan inmortal e indescriptible, tan fundamental para el Rock, tan cercano a la música clásica, y tan imposible de igualar. Hoy los dioses y demonios como Tony Iommi le rinden homenaje, y los mortales casi podemos escuchar sus riffs desde el cielo, o el ruido de su feedback desde el infierno, como sea donde haya terminado, Eddie Van Halen ahora reposa en un altar, y su música nos seguirá ayudando a seguir adelante.

Post escrito por: Alejandro Ramírez

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