RPM: 50 Años de Surf’s Up de Beach Boys

August 31, 2021

surfs up beach boys

I’m a cork on the ocean
Floating over the raging sea
How Deep is the ocean?

50 Años de Surf’s Up por The Beach Boys

Por Eduardo Lara @lalolarete

Los 60s fueron una locura. Los baby boomers se la pasaron muy bien en esa década. Hablando específicamente de Estados Unidos, toda una generación desenfrenada por un súbito crecimiento económico post Segunda Guerra Mundial se vieron ante un escenario donde el cielo era el límite. Muy jóvenes para luchar en la Guerra de Corea en los 50s, así que su primer golpe con la realidad vino con Vietnam. Pero de nuevo, eran los sesenta: una revolución comenzaba cada cinco minutos, viéndolo desde el lado positivo: movimientos antiguerra, para la liberación de las mujeres y antirracistas, una llamada “nueva izquierda” se formaba. Pero también eran revoluciones inocentes cegadas por el país contradictorio en el que viven que seguía imponiendo su hegemonía en el resto del mundo. En medio de este caos de país, un grupo de tres hermanos, su primo, y el mejor amigo del hermano mayor, salió a la luz: The Beach Boys.



Luego vinieron nuevos tiempos y el sueño se acabó. Si los sesenta había sido un constante carnaval siempre en movimiento, los setenta fue la resaca acompañada de una terrible cruda moral. Y los Beach Boys no se quedaron atrás en este sentimiento de culpa y arrepentimiento. Pero primero, ¿cómo llegamos aquí?

En 1962 Brian, Carl y Dennis Wilson junto con su primo Mike Love decidirían sacar su primer disco como banda: Surfin’ Safari (Al Jardine, mejor amigo de Brian Wislon, se uniría poco después). Un disco que pasó sin pena ni gloria. El cambio vino en 1962 cuando sacarían Surfin’ USA donde pondrían de moda tres tipos de canciones a lo largo de todo Estados Unidos: baladas sobre romances adolescentes, cartas de amor a los automóviles, y canciones sobre disfrutar el verano con tus amigos. Esto los subiría a una ola de éxito y popularidad por todo su país y por parte de Europa, repitiendo la formula una y otra vez (de vez en cuando colando un cover de una balada de algún contemporáneo o artista más antiguo).

Luego vinieron The Beatles y su invasión británica a Estados Unidos y todo cambiaría. Empezaron a estancarse en cuanto a ventas y popularidad en su país, pero un público de clase media-alta, y alta (mayoritariamente blanco) los habían acogido bastante bien manteniéndolos relevantes. En 1965, Brian Wilson, quien servía como principal compositor de la banda, escuchó por primera vez el Rubber Soul del cuarteto de Liverpool y nada volvería a ser igual para él. Wilson terminó fascinado por como The Beatles habían creado la figura del álbum: un disco ya no sólo era un compilado de canciones donde se juntaban los sencillos con alguna que otra canción agregada, ahora era toda una nueva forma de expresión, experimentación, y forma artística. Sin embargo, esta impresión creada en Wilson no fue más que una coincidencia de una campaña publicitaria de Capitol Records (su propia discografía, la cual también tenía los derechos de publicación de The Beatles en Estados Unidos). Y es que Capitol Records, buscando la mejor forma de capitalizar su máquina de oro británica, decidió no lanzar en Estados Unidos ningún sencillo del Rubber Soul para así generar una gigantesca expectativa en el público estadounidense, que compraría sin dudar el disco al momento de lanzamiento (mientras tanto, en Reino Unido, Parlaphone sí sacó sencillos). Esto provocó que Brian Wilson quedara fascinado y buscara componer su primer álbum en forma: Pet Sounds. Por lo que Wilson se retiraría de las presentaciones en vivo de la banda para trabajar completamente en composición, y así Bruce Johnston se uniría al grupo.

Mucho ya se ha dicho del impacto que ha tenido en la música el Pet Sounds y de como es su obra maestra, y a la par del daño que le hizo la composición de este. No es la intención de este artículo hablar de ello (pero sí, es una obra maestra), pero es importante repasar como este disco terminó alienando a los Beach Boys de la escena musical estadounidense. En primer lugar, su público clase media-alta se sintió alejado del este disco al dejar atrás los riffs y ritmos fiesteros; en segundo lugar, el nuevo sector poblacional juvenil, que llamaremos de contra cultura, tenía la imagen de que los Beach Boys eran música producida sólo para vender y nada auténtica (a pesar de que este disco apelaba fuertemente a lo que buscaban). Por lo que los Beach Boys se quedaron sin público. Lo que vino a continuación fue el lanzamiento de discos cada vez más raros entre sí, los cuales tenían fragmentos del disco cancelado de Brian Wilson: SMiLE. Y al mismo tiempo, Brian Wilson cada vez pasaba por peores rachas con su consumo de drogas, problemas psicológicos, y una fuerte obsesión por buscar la perfección al grabar, lo que hizo que hubiera fuertes tensiones en la banda. A pesar de no tener éxito comercial, los discos de la segunda mitad de los sesenta de los Beach Boys son uno de sus momentos más creativos y arriesgados como banda, logrando un sonido que no se encontraba en ningún otro acto de la época. Excelentes trabajos.

Para el principio de la siguiente década el panorama de la banda era más estable, pero el desastre de los sesenta les empezó a cobrar factura: Brian Wilson con terribles secuelas por su abuso de sustancias y enfermedades mentales; Carl Wilson se salvó por nada de no ser enviado a la Guerra de Vietnam; Mike Love tendría una rivalidad creativa con su primo Brian que años después terminaría por alienar a Brian Wilson de su propia banda; y Dennis Wilson sufriría de un gigantesco trauma creado por diversos encuentros que tuvo con Charles Manson, quien quería usarlo como palanca para lanzar su carrera artística. Y así llegamos a Surf’s Up.

El título lo dice todo: se acabó el surf. Surf’s Up es un disco conformado por diez canciones que rayan en lo apocalíptico, y en una nostalgia por un pasado que no regresará que sólo terminó por darnos un futuro inseguro que se puede caer en cualquier momento. Lo más cercano que hay a una canción clásica de los Beach Boys es “Disney Girls (1957)”, la cual es la primera composición completa de Bruce Johnston: música y letra. Y para ser el miembro que entró como remplazo demuestra un increíble talento. Una balada sobre un amor para toda la vida, pero el ritmo es más lento de lo normal para una balada con instrumentos que se sienten cansados, y contrastando con el repertorio pesimista del resto del disco, la canción parece ser un añoro por una ilusión de un amor eterno que la vida les quitó al crecer; o una fantasía sobre una vida que nunca tendrán por el terrible mundo en el que viven.

El resto del disco, como mencioné, es pesimista: canciones que hablan sobre la terrible contaminación que está destruyendo la naturaleza (“A Day in the Life of a Tree” es sobre el punto de vista de un árbol que será cortado). Sobre la contaminación del agua (“Don’t Go Near the Water”), y de cómo eventualmente estas acciones nos llevarán a nuestra muerte como humanidad. También se incluyó un cover a The Robins a su canción “Riot in Cell Block #9”, pero ajustado a los disturbios estudiantiles que sucedían de forma paralela en distintos lados del mundo, dándonos “Student Demonstration Time”. Y, finalmente, “’Til I Die” y “Surf’s Up”, la última era originalmente una canción del proyecto cancelado de Brian Wilson SMiLE. Dan un cierre terriblemente desalentador, sombrío y, hasta cierto punto, críptico. La primera, “‘Til I Die”, es una canción que, en propias palabras de Brian Wilson, es sobre sentirse como un pequeño ser que flota en el mar en medio de una tormenta rodeado de gigantescas olas; en ella hay un constante sentimiento de impotencia por no poder cambiar lo que está sucediendo, y se siente que esto va dirigido tanto para un ámbito global como personal. Y en “Surf’s Up”, su primera canción de surf en años, no tenemos riffs playeros o ritmos acelerados: sólo hay un piano, una guitarra y percusiones que recaen en cascabeles y xilófonos, todo fuertemente reverberado; con una letra que parece carecer de sentido. Se menciona a una clase aristocrática ciega, de la desaparición de la música, de gente que celebra de gala, pero se confunde con el luto y el dolor. Para la segunda parte de la canción todos los instrumentos se callan dejando sólo el piano y la voz, y finalmente describen el subirse a una ola dónde todo parece tomar un orden y solución: la infancia. El coro se une y chocan todas las voces a la vez, y lo único entendible es “el niño es el padre del hombre”.

Pero no todo está perdido. Carl Wilson se estrena como compositor en este disco y nos entrega una de las canciones más bellas del disco (y posiblemente de la década). Es “Long Promised Road”, una canción sobre lo difícil que es cargar con tu propio pasado que niebla tu futuro y te tiene caminando sin sentido ni rumbo. Y que a pesar de todo ello vale la pena luchar por no caerse y ponerse en contra de todo aquello no podemos controlar, confiando en que todo estará bien. Con el paso de los años la banda terminaría poniendo a Carl Wilson como el líder y principal vocalista, a lo mejor con “Long Promised Road” predijo su propio futuro en la música.

Musicalmente hablando, en Surf’s Up nos enfrentamos al primer disco en el que Brian Wilson se limitó a composición y no tuvo gran participación en la producción. Esto provocó que las pistas de audio de las voces no tuvieran tanto peso a la hora de la mezcla final, por lo que es el primer disco de los Beach Boys donde se da un enfoque y peso más importante a los instrumentos. Con este cambio en el sonido nos topamos con un excelente resultado que buscó por irse por nuevos caminos. En “Long Promised Road” el puente es la voz de Carl Wilson acompañado por un sintetizador que juega con las modulaciones de una escala, algo que poco después Kraftwerk popularizaría, y a la par se emula el sonido de trompetas con los teclados: los Beach Boys estaban jugando en el campo de la música electrónica. En otras canciones nos encontramos con guitarras pasadas por distintos pedales, como “Feel Flows”, y a la vez distintos filtros que juegan con sus voces. Este es probablemente la última vez en la que los Beach Boys experimentaron y se arriesgaron musicalmente.

La influencia de The Beach Boys es palpable todavía hoy día, y lo seguirá siendo por un muy buen rato. Pero más allá de los trucos de estudio, producción y grabación, o las complejas armonías, ritmos y composiciones que conforman el catalogo de esta época del grupo, lo que en realidad encontramos, y probablemente es lo que les da la vigencia a lo largo de las décadas, son canciones sinceras cuya fundación es el amor a hacer música; pero sobre todo amor a quien escuche la música. Un fuerte respeto y amor a la audiencia, y también una genuina preocupación por la vida y el mundo del oyente que se da a través de la empatía. Y eso es algo que muchas bandas, artistas y actos pueden aprender de The Beach Boys, y del corazón y alma del grupo: Brian Wilson.

Post escrito por: Eduardo Lara

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