Foto Violeta Félix
Teri Gender Bender:
Antes y después
Por moonman
En los años que llevamos en MHR nos ha fascinado encontrar propuestas chispeantes y que estén llenas de poder y vitalidad para recordarte que falta mucho para partir de este mundo. En 2009 nos topamos con Le Butcherettes, el en ese entonces dueto, nos demostró que se puede romper esa invisible frontera entre el público y la gente para ser parte de algo juntos, algo que va más allá de un concierto, sino una celebración, una ceremonia por estar vivos.
Así, conocimos a una persona mágica y potente que cada vez que pone un pie en el escenario es para incendiarlo: Teri Gender Bender. Ya sea bajo el nombre que la vio nacer como artista, su propio nombre, Bosnian Rainbows o con Omar Rodríguez-López, ella es simplemente gasolina musical con una forma única de hacerse presente y cambiando el aire de donde esté. Aprovechamos para entrevistarla por el lanzamiento del par de EPs OUTSIDERS y CATSPEAK y recordar el gran salto que ha dado para conocer donde tiene los pies actualmente.
Foto BereRivera
Me Hace Ruido fue el primer medio que te entrevistó con Le Butcherettes en 2009
¡Claro que me acuerdo! ¡Hace 14 años! ¡Que loco! Tengo amigos con hijos de 14 años. Me acuerdo muy bien, me gustaba que un medio se tomara el tiempo para hacer una sesión de fotos y entrevistarnos. Fue la primera vez que dije: “I made it!”. Ahora tengo 33 años y espero que pasen otros 15 años para vernos de nuevo.
Desde ese entonces has sido muy constante, pero sobretodo muy elocuente con el poder de tu guitarra y tu voz, ¿cómo sientes que la Teri Gender Bender que comenzó ha evolucionado?
Por mucho tiempo sentía vergüenza y timidez… cuando hablo de vergüenza no lo digo por mi carrera, sino como ser humano., porque socialmente a partir de la escuela los maestros no tenían tanta compasión o inflexibilidad de mi forma de aprender cosas por ser neurodivergente. En ese entonces los profesores no sabían de eso y me castigaban por eso… suena como si me estuviera quejando en una terapia pero a lo que voy, es que gracias a eso nunca aproveché a estar creando música. Siento que de alguna forma he sido una mala agradecida, por dejarme perder en el estrés. Ahora siento orgullo, nada de culpa. Ese trabajo me costó porque sudé, lloré y sangré… todos los líquidos salieron de mi cuerpo y sacrificios de trabajo constante que no apreciaba en ese entonces y ahora lo aprecio y no tengo vergüenza. Esta etapa de CATSPEAK/OUTSIDERS trata de mantener la inocencia, de tener el fuego y pasión encendida. Cuando pasó la pandemia sentí que lo había perdido.
En cada proyecto sabes cómo vertirte, te vuelves líquida y te adecúas. En esta nueva etapa, ¿qué cosas has aprendido?
Adaptarse a lo minimal. Un ejemplo, me quebré un dedo que afectó toda mi mano y me dijeron los doctores que jamás volvería a tocar la guitarra, otra opinión me dijo que si descansaba de uno a dos años tal vez podría. Eso me orilló a componer de una forma distinta y no depender de la guitarra, al inicio me deprimió mucho porque la guitarra era quien era, pero eso fue una ventaja para enfocarme en producir o enfocarme a los programas, tocar la batería, buscar nuevas formas de adaptarme y crear música. También aprendí baile y cosas nuevas.
Como frontwoman también tienes la posibilidad de explorar físicamente tus alcances, si de por sí siempre lo has hecho al romper esa frontera invisible entre el escenario y el público para nadar y sudar con el público
Gracias por recordarme eso así como lo pones, a veces se me olvida.
A veces uno no se da cuenta de lo que ha hecho hasta que alguien se lo recuerda, ahí uno se valora y reconoce lo que ha hecho
Es como dicen: “Mind over matter” (mente sobre materia), si tú mismo te rechazas te cierras tu mismo la puerta. El arte en general te ayuda a sacarte de la cama, como el café (se ríe).
Foto Violeta Félix
¿Cuáles temáticas son las que te interesan? Ya que la pandemia nos sacudió a todos de muchas formas sociales, psicológicas, económicas… psicomágicas, ¿en qué sentido te afectó?
Definitivamente me hice más activa físicamente, me impuse un horario de levantarme y hacer yoga (nunca lo había hecho) y me ayudó a controlar la respiración y por lo tanto a controlar el canto, también a lidiar con el dolor crónico del dedo y dejar al lado la furia… ¡Que típico de alguien de Los Ángeles hacer esto! Pero lejos del cliché, me ayudó mucho a dejar a un lado las envidias… en vez de odiarlas amé a las Kardashians, es un ejemplo al azar, pero tiene un lado que conmueve. Antes era muy enojona e impaciente con la familia.
El dolor puede ser como un tinnitus, es algo que siempre está ahí hasta que uno lo hace consciente se hace el malestar
¡Todo el tiempo! Y luego te acostumbras a él y ni quieres lidiar con eso porque sientes que es parte de ti, pero en realidad no, tú no eres tus emociones. Pueden usarte para inspirarte a cocinar o limpiar el baño o deprimirte en la cama, algo que mucha gente le pasó en la pandemia. Hay que valorar los días buenos. Estaba comentando con uno de mis amigos de que todo está conectado: tu dieta, tu microbiota, yo soy fan de Taco Bell y obvio me voy a sentir mal si solo como eso. Cuando como mejor me siento mejor. Está muy loca la conexión de la mente y cuerpo. También hay factores como el clima: el verano fue lluvioso y luego caluroso.
¿Cómo catalizas la energía del público?
Es una bendición tremenda. Más ahora. Es una forma de sacar la energía y que encuentre una casa, en la pandemia la sacabas con el yoga y ejercicio pero no había reciprocidad con la audiencia. Todos estamos en esto juntos, sin importar la nacionalidad llega la muerte y tenemos las mismas emociones y cuando ves a alguien tocando, te conectas. En Estados Unidos está la gente más dividida que nunca, pero la música puede conectar a los republicanos y demócratas.
