Natalia Lafourcade @ Auditorio Nacional

November 8, 2023

natalia lafourcade auditorio nacional

Cortesía Liliana Estrada (OCESA)

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Cortesía Liliana Estrada (OCESA)

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Cortesía Liliana Estrada (OCESA)

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Cortesía Liliana Estrada (OCESA)

Natalia Lafourcade @ Auditorio Nacional:
Brindando a la vida

Por Luis Arce @lsfarce

Todo lo que Natalia Lafourcade podía hacer para reconstituir la profundidad y belleza de su música lo ha hecho en De todas las flores, el cual es probablemente la pieza más interesante que ha dado la Música Popular Mexicana en los últimos cinco años.



Lo ha escrito con la rabia de quien ha sufrido una herida mortal y lo ha llevado a su versión en vivo con la finalidad de compartir ese sentimiento. Donde el álbum duele, la puesta en escena reconforta. Parece haber entendido que un dolor así de grande sólo puede sanarse si lo compartimos con otros. Y así pasa: el concierto apenas empieza, “Vine solita” es la obertura. Su voz está mejor que nunca. Sus ganas de curarse mientras canta, lo están aún más. Lleva consigo una tristeza enorme y un vestido negro. Lleva también la elegancia de quien ha vivido lo suficiente, ha pasado lo suficiente, ha sentido lo suficiente, como para no huirle al dolor. Todo lo contrario. Lo abraza y abraza a quienes la escuchan, abraza a quienes abrazan su dolor. El relato tiene dos partes muy claras: en la primera hay colores oscuros, un pacto con la soledad y la sabiduría que viene con ella. Resulta hasta incómodo querer cantar estas piezas saturadas de tristeza y devastación. Si alguien canta durante esta parte del concierto, a lo mucho lo hace como un susurro. Así pasa con “Llévame viento”, “Pajarito colibrí” hasta desencadenar en el vacío de “Canta la arena” y “Muerte”, donde Natalia desaparece en el escenario envuelta en su vestido y en el sosiego de quien ha entendido que también estamos hechos de dolor. Ella toma ese dolor y lo sostiene entre sus manos, lo ofrece al público y estos igual ponen el suyo. Las luces se van, los asistentes permanecen a la espera de un milagro. Y el milagro sucede. La cantautora renace, gracias a sus músicos, desde luego, pero también gracias a los escuchas. En suma, regresa gracias a la música, es decir, a lo que ocurre cuando un intérprete y un escucha se encuentran a la espera del mismo efecto. Natalia vuelve, pero vuelve llena de colores, vuelve como una llama intensa en medio de la noche. No como alguien que superó la toxicidad y el desengaño sino como alguien que tomó lo mejor que pudo de un trago amargo. Paso siguiente hace un cover a “Cien años” de Pedro Infante, Rubén Fuentes y Alberto Cervantes y ahí queda: todo el dolor y desencanto se convierten entonces en una promesa de eterno amor. No quedan rencores, sólo las ganas de seguir celebrando la vida que nos ha permitido sentir tanto. Y suena “Mi última canción triste” y suena “Para que sufrir” y hasta una versión de “Ya no vivo por vivir” que viene cargada de la naturaleza misma de la alegría. Inevitablemente todo conduce “Hasta la raíz” y por más que algunos no lo quieran, se confirma lo que cualquier escucha que realmente preste atención ya sabía de antemano, que Natalia no es sólo una de las voces más interesantes de su generación, sino que es una voz que trasciende generaciones, que ya sólo puede cantar y escribir un música desde una altura reservada sólo para aquellos que tuvieron la fortuna de vérselas cara a cara con un desastre. ¿Qué hay más allá del dolor? No mucho, la alegría de haberlo sobrevivido, la herida, los recuerdos, la música mexicana –si es que eso existe– que es, y siempre ha sido, una música del dolor; quedan las ganas de cantarle a la muerte y al trauma como diciendo: “De acá no se va nadie hasta que la fiesta acabe”. Sólo mejores artistas mexicanos han podido hacer eso. Natalia es ya esa artista. Puede tomar desde ahora su lugar en la mesa de los grandes y hacer lo que estos también han hecho: servir cuatro vasos de tequila, invitarle uno a la muerte, otro más al dolor, uno al amor y otro, el último, desde luego, el más amargo, a la vida.

Entrevista /// Natalia Lafourcade

Post escrito por: Luis Arce

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