Reseña: Weezer /// Weezer (White Album)

April 13, 2016

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Weezer
Weezer (White Album)
Atlantic Records
6.7

Por José Marr‏ @JR_Marr
CrazyRhythmsMusic

Una de las cosas más delicadas de hacer estos días en el mundo de la música es hablar de Weezer, y es que no se podría negar la importancia del grupo allá en los 90s cuando llegaron a patentar un gran estilo que combinaba fuerza de la oleada Grunge, así como un poderío que se asemejaba con el Metal pero con un enfoque enteramente melódico extraído de un Power Pop energetizado. Por ello, es que congregaron una buena cantidad de fans incondicionales que incluso se han tenido que conformar con al menos un par de buenas canciones en placas como Make Believe, Ratitude, Hurley o el otrora Everything Will Be Alright In The End con todo y el regreso de Ric Ocasek de The Cars como productor.

Comenzando por ser otro álbum homónimo/unicolor en su portada, ya es un buen indicio de que Weezer quiere ser simplemente Weezer. Inconscientemente los tres álbumes del grupo con este patrón (Blue, Green y Red) son de los mejores en su catálogo y de cierto modo, logran reivindicarse en pleno 2016 trayendo las virtudes de su viejo sonido. Desde “California Kids” el grupo suena suelto y a gusto con su song-craft, no hay nada del forcejeo actuado y coros ridículamente grandilocuentes cubriendo el vacío de su antecesor. Expuesto está además en “Wind in Our Sail” por la manera osada en que Rivers Cuomo ahora es capaz de crear lineas melódicas más largas, agradables y perdurables. Se escucha incluso en el fino uso de los repiques de teclado luminoso tanto en “Jacked Up” que además luce en sus golpeteos de percusión, y también en una “Thank God for Girls” en la cual logran llegar del nerviosismo a la histeria en 45 segundos bien construidos.

Con “Do You Wanna Get High?” por su mismo clasicismo es un tema destacado. Aquí Rivers Cuomo canta casi mordiendo cada palabra, pero de una manera más atractiva que no recuperaba hacia mucho tiempo, llegando a ser en tono tan oscura y claustrofóbica incluso en el asunto de drogas que narra su letra, que remembra al vanagloriado Pinkerton. Por desgracia no todas las pistas logran sobresalir por esa eficacia; “King Of The World“, “Summer Elaine and Drunk Dori” o “L.A. Girlz” no ofrecen más que una fórmula melódica motriz rimbombante muy estándar, que encuentran recompensa hasta “Endless Bummer” por su delicadeza armónica y acústica, el tipo de track cliché en estos discos que no pueden ofrecer variantes pero como despedida, crece lo suficientemente bien para dar conclusión.

No hay nada más allá de los límites de Weezer y con lo justo satisface lo que se puede esperar del grupo en estos días, de tal modo que cumple en ser un compendio agradable. Por ello este White Album deja una sensación de alivio por la jovialidad con la que cuentan su vida en el estado California y de una forma que consiguen acercarse al sonido del mejor Weezer de sus primeros tres trabajos.

Post escrito por: Jose Marr

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