RPM: 10 años de I Am A Bird Now de Antony And The Johnsons

February 6, 2015

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Por: Ernesto Acosta Sandoval (@erniesandoval_)

A ghost on the horizon: 10 años de I Am A Bird Now de Antony & The Johnsons

Cuando un álbum le cuesta el empleo a un crítico prestigiado por haberle asignado una calificación relativamente baja y por haber hablado de él en un tono burlón y despectivo, estamos hablando de algo serio. Robert Christgau, el longevo crítico del Village Voice se refirió a I Am A Bird Now de Antony And The Johnsons como una cosa producto del hype de la cultura del SIDA y la homosexualidad que no iba a pasar de allí. Un mes después ya no trabajaba en el periódico. Y es que la intensidad contenida en el segundo disco del grupo está lejos de ser algo pasajero o que esté de moda. No hay manera que la absoluta melancolía en la voz de Antony Hegarty sea producto de un hype, sino más bien es el resultado de años y años de experiencia. Hegarty quizá no haya sido muy viejo cuando el álbum fue lanzado en 2005 (33 años), pero algo en su manera de cantar y contar las cosas nos hace pensar que el sufrimiento es lo que lo ha acompañado a lo largo de su vida.

Desde que pones el álbum en el reproductor sabes que te vas a enfrentar a una cosa seria. Ese escalofriante momento del primer acorde que sale del piano en “Hope There’s Someone” y la tenebrosa voz del cantante, que nunca sabes si está llorando, o al borde de las lágrimas, o al borde de una risa desesperada, te abraza y te abrasa. Porque la voz de Antony es cálida, pero no es de una calidez reconfortante, te transmite incomodidad que hace que inmediatamente quieras saber y entender qué es lo que está diciendo y de qué es de lo que está hablando de esa manera. Hay rasgos de Soul, pero no hay que confundirnos, su voz tiene más en común con Nina Simone que con Marvin Gaye.

Podemos ponernos todavía más clavados y hablar de que la melancolía en I Am A Bird Now no empieza en el primer track, sino desde la elección de portada. Esa foto de Candy Darling convaleciente en el que sería su lecho de muerte no puede no atraparnos en la desesperanza contenida en canciones como “Man Is The Baby” y “You Are My Sister”. Incluso en los temas más alegres, como “My Lady Story” o “For Today I Am A Boy”, se siente una opresión y una urgencia por comunicar lo incomunicable, por salir de ese cuerpo que tiene atrapado al ave que vive dentro del pecho del cantante y compositor, el ave que le da la suficiente energía para que en los escasos 35 minutos que dura el álbum, el mundo se detenga y volvamos la vista hacia esta alma hermosa que es Antony Hegarty.

 

Post escrito por: Ernesto Acosta

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