RPM: 25 años de No Code de Pearl Jam

September 7, 2021

pearl jam no code

25 años del No Code de Pearl Jam:
una lección de como sobrevivir fuera del agua

Hace más de dos décadas Pearl Jam lanzaba el disco que marcaba el inició y fin de una parte de su historia; el funeral de su papel como el último gran bastión de un moribundo movimiento Grunge y el nacimiento de una banda que podía existir fuera del del género que les había dado aparentemente todo. Contra cualquier pronóstico encontrarían en No Code el combustible suficiente para sobrevivir la década de los noventa.

Por Enrique Cruz

Pearl Jam durante mediados de los 90s se encontraba en un estado de crisis permanente; su incesante lucha contra el sistema de Ticketmaster, lo extenuante de crear un tour de manera totalmente independiente para una banda que llena estadios de 50 mil personas y ser constantemente cuestionados por ser los últimos supervivientes del fugaz movimiento grunge, fueron las condicionantes entre las que se cocinaría el cuarto disco de Eddie Vedder y compañía.



Nadar o morir

Durante 1995 Pearl Jam se embarca en la grabación de No Code, un disco que en apariencia es la ruptura entre su pasado y su futuro. En el borde de la separación, Eddie Vedder, Stone Gossard, Mike McCready, Jeff Ament y Jack Irons, entraron al estudio sin saber a ciencia cierta hacia dónde iban.

Si bien Vitalogy (1994) había sentado las bases de un norte sonoro distinto con una ambientación mucho más oscura y dejando de lado la rabia como un elemento primordial dentro del disco, nadie, ni Pearl Jam mismo, habrían vislumbrado lo lejos que terminarían desembarcando con No Code.

Primero, la adición de Jack Irons como nuevo baterista implicaba un sonido distinto en comparación a lo que había hecho Dave Abbruzzese en Vs.(1993) y Vitalogy, mucho más conciso y con una idea más orientada al Punk, Irons le daba al sonido de Pearl Jam una sensación diferente.

Además, en contraste a sus otros tres álbumes de estudio, No Code se destacaba por ser creado desde el estudio a través de la improvisación en conjunto, esta vez las ideas crecían y se desarrollaban frente a todos, lo cual, a la larga serviría a modo de exorcismo de toda la carga emocional que la banda había arrastrado en el último par de años.

“Fue un disco difícil de grabar, porque en ese punto éramos horribles al momento de comunicarnos entre nosotros. Al mismo tiempo, creo que una de las partes más increíbles que tiene el hacer música juntos es que pudimos sentarnos y tocar sin decirnos que hacer en ningún momento aunque hubiera tantas cosas pasando dentro de la banda, creo que fuimos lo suficientemente afortunados de poder haber hecho este disco”.

Palabras de Jeff Ament en entrevista para Music Radar a finales de julio del 2021.

Los registros de la banda durante este periodo es sumamente escaso, especialmente en el caso de Eddie Vedder, quien durante estos años, vivió escondido del aparato mediático que lo perseguía sin piedad, ya sea para buscar alguna declaración sobre el conflicto con Ticketmaster o ser el último gran frontman activo de su generación, hizo que Vedder rehuyera de su personaje público y se refugiara en su arte. Es por ello que No Code se convertiría en el vehículo perfecto para que a través de sus letras calcará la crisis emocional de la que padecía en ese momento, buscando respuestas en un ser todo poderoso, ya sea dios o una energía fuera de nuestro entendimiento, el lado más críptico de Eddie Vedder relucía en este álbum.

¿A dónde se fue el Grunge?

Desde el inició anti climático de “Sometimes”, la banda es muy clara con sus intenciones dentro de No Code: no dar ningún tipo de concesiones. Lenta y casi acústica, un blues que simboliza la rebeldía en una declaración melancólica, “Hail Hail”, por otro lado, aún mantiene de cierta manera un dejo de rabia, energética, sí, pero más orientada al Punk y al Garage, el Grunge se ha desvanecido.

Who You Are” e “In My Tree” son la demostración absoluta del cambio sonoro, con guiños al World Beat con ecos tribales son la epitome de la experimentación en este disco. Pearl Jam juega con cada elemento que ha dispuesto sobre a la mesa, armando un rompecabezas que en principio no tiene sentido, pero en el que las piezas caen de manera casi fortuita en su lugar.

Smile” y “Off He Goes” siguen mostrando esa cara distinta; la primera mantiene el matrimonio de Gossard con el Blues y su inalcanzable intento por hacerlo entrar en No Code, la segunda, muestra a un lado más frágil, un monólogo de Eddie Vedder sobre “algún amigo suyo”, quizá otra referencia a su padre ausente, al que normalmente recordaba con una nostalgia llena de furia, pero que simbólicamente deja ir de manera pacifica en “Off He Goes”.

Red Mosquito” y “Present Tense”, por otro lado, se han convertido en infaltables dentro del set de la banda durante los siguientes años, ambas siguen apelando a los ganchos de Vedder y los riffs inconfundibles de McCready, pero que aún siguen experimentando en la familiaridad de su esencia.

No Code está lleno de simbolismos, probablemente por ello sigue siendo una obra anónima para aquellos que no han entrado a fondo a la discografía de Pearl Jam, sin ninguna canción fácil, por momentos confuso y sumamente introvertido, pero emocionante al mismo tiempo, es de vital importancia atesorar debido a la trascendencia para el devenir en la historia de Pearl Jam.

Aquí recaen las bases de los próximos pasos para que la banda pudiera sobrevivir hasta el nuevo milenio, muchos de los clásicos que explotarían en Yield (1998) tienen su génesis aquí y la explosión sonora de Binaural (2000), que cerraría de manera simbólica el periodo más turbulento y de experimentación de Pearl Jam, encuentra su origen también aquí en No Code.

Post escrito por: Enrique Cruz

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