Bruce Springsteen & The E Street Band @ Palacio de los Deportes

Por: BigIdeas (OzCorp) /// Fotos: Jose Jorge Carreón (OCESA)

Springsteen es un héroe de la gente. Siempre lo fue. Haber nacido, vivido y trabajado en Nueva Jersey lo hace estar ligado con cualquiera de los trabajadores de cualquier lugar de los Estados Unidos luchando por alcanzar el cada vez más escurridizo sueño americano. Logró, desde sus inicios, proyectar en sus composiciones las esperanzas, sueños, frustraciones y pérdidas de la gente que como él, solo quería tener un trabajo honesto que brindará un techo, alimentos y seguridad a su familia. En los últimos años, esas metas se han ido alejando paulatinamente de la mayoría de las personas. Tal vez por eso, su música ha adquirido una mayor relevancia en estos tiempos, especialmente esos primeros discos; se volvieron un lúgubre presagio de los tiempos difíciles que les esperaban sus amigos, vecinos, admiradores.

Y ahora Springsteen trae todas esas historias por primera vez a nuestro país. Sorprende que haya pasado tanto tiempo en que llegara. ¿Cuánta gente llevaba muchos años esperando este acontecimiento? Tantos, que tal vez nunca pensaron que estarían llevando a sus hijos con ellos. Para todos los que asistimos, afortunadamente Springsteen dejó de estar en el radar de lo popular hace mucho, estará la gente que tenga que estar y su recompensa será ser testigos de uno de los mejores conciertos de año, un evento que podrán presumirle a todos los que no fueron durante años y años y años, hasta que su memoria les falle y tal vez ni así podrá olvidarse del todo.

Cuando dieron las 9.10 pm, uno a uno, los miembros de la E Street Band fueron saliendo, Bruce al último y con un corto “Buenas noches México, 1, 2!” la noche mágica comienza. La primera será “Badlands” y a lo largo de 3 horas, estaremos en comunión, banda y público, juntos para hacer presentes a todos esos espíritus que rondan en nuestros corazones. El líder de la banda pasara de ser un simple cantante para transformarse en un predicador, nosotros seremos su congregación y su coro. El Palacio de los Deportes se ha transformado en una iglesia. Las luces del escenario no solo están dispuestas para iluminar a la banda, se colocaron para extenderse a todo el recinto, desde el principio, nosotros ya no somos espectadores, sino parte íntegra de la presentación, y Springsteen nos los hace saber, al meterse constantemente a cantar entre la gente, a correr entre los pasillos, al escoger canciones que han sido escritas en cartulinas y papeles, al pedir que lo carguen desde el mini escenario en medio del recinto al escenario principal. Todo por derrumbar las barreras entre intérprete y público.

Como culminación a esta noche, un grandioso encore, que incluye las canciones más esperadas de la noche, un cover navideño para recordarnos que la vida no es para tomarse tan en serio y un honesto homenaje a los miembros de la banda que ya no están con nosotros: el organista Danny Federici y el saxofonista Clarence Clemons que murió el año pasado.

Ha sido una maratónica noche, pero después de todo esto, ya no hay más que decir. La banda se despide, la misa ha terminado, la gente, ya cansada, aún aplaude. Springsteen deja el púlpito para regresar a ser el “every man” que todos le conocemos. No hay que preocuparnos de que algún día dejara de ser uno de los nuestros, porque, después de todos estos años, aún continúa usando jeans.

Setlist
Badlands
Out in the Street
Hungry Heart
We Take Care of Our Own
Wrecking Ball
Death to My Hometown
My City of Ruins
Spirit in the Night
The E Street Shuffle
The Promised Land
The River
Because the Night
She’s the One
Darlington County
Shackled and Drawn
The Way You Do the Things You Do
Waitin’ on a Sunny Day
The Rising
Land of Hope and Dreams
Thunder Road
Encore:
Born in the U.S.A.
Born to Run
Glory Days
Dancing in the Dark
Santa Claus Is Coming to Town
(J. Fred Coots & Haven Gillespie cover)
Tenth Avenue Freeze-Out